Maravillosamente Complejo: Emprendo en TiMuestra

Reconciliación

¿Cómo saber cuál es mi diseño?

En primer lugar, debemos saber que la funcionalidad de nuestro cuerpo es parte del diseño. 

Si el Espíritu de Dios vive en mí, yo debo cuidar la casa de Dios. Debo asumir y vivir conforme al cuerpo que Dios eligió para mí. En los tiempos modernos, se habla mucho de aceptar a los demás tal como son. Incluso la Palabra nos manda a amar a todos. Pero los primeros que tenemos que amarnos tal cual somos, somos nosotros mismos. Reconciliarnos con la imagen que vemos al espejo es la mayor liberación que el ser humano puede recibir. Si nos viéramos a nosotros mismos como nos ve Dios, entenderíamos el poder depositado y develaríamos la esencia que llevamos.

Pero el enemigo de las almas se ha encargado de lacerar esa parte tan íntima del ser humano, haciéndonos creer que no somos suficientes tal como somos. Interrumpe nuestras vidas diciendo que no somos suficientemente altos o bajos, delgado o robustos, ni suficiente buenos, inteligentes, capaces ni aptos. Entonces el ser humano cree todas estas mentiras y comienzan a hacer cambios en su cuerpo en búsqueda de sentirse bien y adaptarse. A veces comienza con algo sutil, un pequeño cambio, que en ocasiones solo uno sabe que ocurrió; pero no es suficiente. El enemigo susurra al oído que todavía se necesitan más cambios, y cuando nos damos cuenta nos miramos al espejo y no podemos reconocernos.

Pero Dios, desde el principio, te dijo y aún te dice eres perfecto tal como eres, tal como te creó. 

Maravillosamente complejo… por eso es importante reconciliarnos con quienes somos para entender el diseño de Dios y activarlo.