Nuestro viaje diario: una caminata de 30 días con JesúsMuestra

Círculo completo de compasión

Después de una temporada tumultuosa en su vida, Bethany Haley Williams luchó con vergüenza y quebrantamiento. El viaje fue difícil, pero a través de Jesús experimentó la curación que transformó su vida.

Motivada por la gracia y misericordia que recibió, Bethany formó Exile International, una organización sin fines de lucro que implementa terapia artística/expresiva y cuidados rehabilitativos a largo plazo para restaurar y empoderar a niños afectados por la guerra—incluyendo niños rescatados del temido Ejército Resistencia del Señor en África. En su libro El color de la gracia: cómo el quebrantamiento de una mujer trajo sanación y esperanza a los niños supervivientes de la guerra, Bethany escribe, "Cuando su mayor dolor se convierte en su mayor ministerio, la gracia cierra el círculo."

Bethany ahora dedica su vida a vivir estas palabras: "Toda alabanza a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de toda comodidad. Él nos consuela en todos nuestros problemas para que podamos consolar a los demás. Cuando tengan problemas, podremos darles el mismo consuelo que Dios nos ha dado" (2 Corintios 1: 3-4).

Independientemente de dónde vivamos, nuestro estado social o nuestras circunstancias, podemos estar seguros de que Dios conoce nuestros sufrimientos y nuestras desgracias. Él está con nosotros en el dolor. Dios es misericordioso, amoroso y atento a nuestras necesidades. Ya sea que nuestro sufrimiento provenga de persecución, enfermedad o daños emocionales, Él puede usar lo que experimentamos para ayudarnos, y ayudar a otros que lo necesitan. Como Pablo escribió a los Corintios, "Cuando nosotros mismos nos consolemos, ciertamente los consolaremos" (v.6).

No importa lo que hemos hecho o lo que estemos enfrentando, Dios está ahí para lavarnos con su gran amor, y compasión—regalos que podemos compartir con los demás. —Roxanne Robbins

MÁS: Lee Isaías 41:10 y considera la comodidad que solo Dios puede proporcionar.

SIGUIENTE: ¿Cómo has experimentado la presencia de Dios y su comodidad cuando has pasado por tiempos difíciles? ¿Quién puede consolarte hoy—derramando el confort que has recibido de tu Padre celestial?