Cantando en la oscuridad: Encontrando esperanza en las canciones de la EscrituraMuestra

Cantando en la oscuridad

Todos experimentamos oscuridad. Perdí la vista a los tres años debido a una atrofia óptica y a varias enfermedades oculares degenerativas.

Quizá tu oscuridad llegó como una pérdida dolorosa, una enfermedad crónica o terminal, profunda soledad, adicción, ansiedad o tristeza perpetua. Como ser humano sabes lo que es batallar con la oscuridad.

Está la oscuridad que nos impide ver con claridad el camino que tenemos por delante, la bruma de la incertidumbre al abrirnos paso por el mundo. Y está la oscuridad que nos impide encontrarnos cara a cara con Dios, que apela a que confiemos en la fe (1 Cor. 13:12). Pero ante cualquier oscuridad que enfrentemos, seguro que podremos aprender a cantar sobre la esperanza. Una esperanza verdadera, profunda e inquebrantable que proviene de saber que Dios irrumpió en nuestra oscuridad, conquistándola definitivamente.

Este Plan de lectura es más que una simple canción—se trata de crear y practicar una actitud mental, con la seguridad de que es la única manera de caminar por esta vida con gozo en cada circunstancia.

Todos anhelamos la plenitud. La perfección. Hacemos todo lo que podemos para evitar el quebrantamiento dentro y alrededor de nosotros. Lo bloqueamos o aumentamos el ruido de nuestra ocupada vida para distraernos. Hacemos como si la oscuridad no existiera. Elegimos no cantar.

Pero, ¿y si lo hiciéramos? ¿Y si cantáramos canciones de esperanza en nuestra oscuridad? ¿De lamento en nuestro dolor y quebranto, pero también de la plenitud que viene? ¿Y si cantáramos en el sufrimiento y por la gloria venidera? ¿Y si cantáramos al gozo eterno que perdurará y finalmente triunfará sobre nuestro dolor? ¿Nos darían esas canciones la esperanza y el gozo para superar la oscuridad actual?

Ignorar la oscuridad no la convierte en luz. Evitar el quebranto no trae la redención. Pero cantar en la oscuridad puede sanarnos y cambiarnos. Cuando nuestras canciones están dirigidas a Dios, el dador de la canción y la sanidad, esencialmente nos traen esperanza y gozo. Se necesita valentía para cantar en la oscuridad, especialmente en los momentos que no tienen sentido para nosotros; cuando la confusión y la duda nos abruman. Esa valentía crece a medida que cantamos.

Si has cantado canciones de tu vida en la oscuridad de la tristeza, del sufrimiento físico, la duda o el aislamiento, o si simplemente quieres aprender a cantar esperanza, sin importar tu situación, te invito a unirte mientras comparto mi historia y estudiamos las canciones de las Escrituras. Juntos, nos embarcaremos en un viaje que ruego y creo, te ayudará a experimentar la esperanza infinita y la alegría sin fin que se nos ha prometido en Cristo.

Reflexión: Una "canción" no tiene que tener una música literal. Es lo que se repite en tu corazón y en tu mente. ¿Qué "canción", buena o mala, está resonando en tu cabeza? Pide a Dios que te enseñe a cantar Su canción de amor y verdad.