El Verdadero Amor ReveladoMuestra

El Verdadero Amor Se Revela A Través De La Disciplina

Me imagino que los padres de todas las generaciones han tenido que disciplinar a sus hijos luego de algún acto de desobediencia, y estoy bastante seguro de que mis hijos también recordaran cuando yo tuve que hacerlo. Por supuesto, que ningún niño quiere que lo disciplines. De hecho, tampoco ningún adulto le encanta tener que disciplinar a sus hijos luego de un acto de desobediencia. A los seres humanos no nos gusta que nos disciplinen. De hecho, tenemos una palabra diferente para lo que suele ser la disciplina. Lo llamamos castigo. Aunque a veces el castigo es simplemente un intento de exigir un "pago" a alguien y es sólo de naturaleza punitiva, a menudo lo que llamamos castigo se entiende mejor como disciplina. La diferencia entre los dos está principalmente en la intención de la acción. La disciplina no se basa en el deseo de castigar, sino que tiene la intención de corregir o formar. No es una respuesta de ira, sino una respuesta de amor.

Un padre cariñoso enseñará a su hijo a no tocar una estufa caliente o a no salir a la calle para recuperar una pelota que se ha escapado. Es posible que se le dé un golpe con la mano o que se le imponga un "tiempo fuera", pero la intención no es punitiva, sino una corrección amorosa, con el fin de entrenar al niño. Es en beneficio del niño. En el momento, el niño no experimenta la disciplina como algo cariñoso o deseable, pero crecerá y entenderá que la disciplina fue el resultado del amor.

Dios es mucho mejor padre de lo que somos nosotros, y siempre nos va a disciplinar con el propósito de corregir y entrenar en la justicia. Aunque nos parezca doloroso en ese momento, la disciplina de Dios siempre es para nuestro bien. Esto es cierto incluso para los juicios extremos de Dios. Las plagas de Egipto no eran para sacar a los hebreos de Egipto. Dios deja claro que el propósito de las plagas era hacer saber a todo Egipto que Él era el único y verdadero Dios.

Estos actos de juicio fueron diseñados para ayudar a toda una nación de gente esclavizada a la adoración de sus ídolos, a ver que sólo Dios es Dios. Él no sólo quería liberar a los hebreos de su esclavitud en Egipto, sino que también quería liberar a los egipcios de su esclavitud a sus ídolos. La disciplina de Dios, aunque sea en forma de juicio doloroso, es siempre para bien. Es un verdadero amor, severamente revelado.