Del divorcio a la sanación: 31 días de sanación y plenitudMuestra

"Arrepentirse"



Una cosa muy difícil que debes hacer es luchar contra el impulso de vivir con remordimientos. Todos hemos hecho y dicho cosas que desearíamos haber manejado de diferente forma. Así es la vida y el ser humano.



Dejar que el pasado nuble nuestro presente no nos ayuda a sanar y nos roba una energía y tiempo preciosos. Solo prolonga el proceso.



Una cosa es analizar aquellas acciones de nuestro pasado que nos causaron dolor, hayan sido nuestra culpa o no. Otra cosa es seguir repitiendo una y otra vez aquello que debería ser tratado y manejado, y luego dejado en el pasado.



Ver aquellas situaciones lamentables solo por lo bueno que pueden traer: obtener sabiduría para comprender y eventualmente ayudar a alentar a otros que puedan estar pasando por una situación similar.



Uno de los mayores remordimientos con los que tuve que lidiar fue no saber cómo comunicarme. Le echaba la culpa a varias cosas, pero finalmente necesitaba aprender cómo comunicarme y darme cuenta que estaba bien decirle a la gente cómo me sentía.



Al avanzar y trabajar en los remordimientos que todavía tengas, comenzarás a acomodar en orden todas las piezas del rompecabezas de la sanación.



Usa el dolor del pasado para prepararte para el futuro. Aprende y déjate llevar. No puedes hacerlo si no dejas de mirar por el espejo retrovisor de tu vida.



Oración

Dios, ayúdame a no lamentarme por haber decidido dejar que Tú manejes mi vida y por hacer lo que correcto ante Tus ojos, en el nombre de Jesús. Amén.