La Esperanza NacióMuestra

Día 8

Lleva tu desilusión a Jesús

Creo que todos podemos estar de acuerdo en que el año 2020 fue un año de sucesos inesperados, de planes cambiados, e incluso caótico. En algún punto, la mayoría se enfrentó con un sentimiento contrario a la esperanza: desilusión.

Está bien, puedes admitir que estás decepcionado. Tal vez algo que esperabas no sucedió o funcionó como querías, pero ¿sabes? Jesús entiende. Cuando Jesús estuvo en la tierra, fue rechazado, olvidado e incluso traicionado por sus amigos. Jesús no solo entiende tu dolor, sino que es un amigo más cercano que un hermano.

¿Por qué es importante enfrentar la decepción? Porque una emoción o pensamiento oculto, te controla. La decepción que guardamos en el corazón con el tiempo empieza a contaminar con amargura, resentimiento, o depresión. 

Para ser llenos de la esperanza en Dios, debemos vaciar nuestra desilusión ante Jesús. 

¿Cómo hacemos esto? Sé honesto y vulnerable, y habla a Dios sobre tu decepción. Ser vulnerable te libera de creer que tienes que pasar por esto solo. Él ya lo sabe, pero al pedir ayuda recibimos la gracia.

Jesús nos enseña a intercambiar nuestras cargas con las suyas, porque su carga es ligera. Intercambiamos nuestra decepción por su esperanza, y las mentiras que he creído de derrota, por su verdad que dice que Él tiene cuidado de mí, es quien me corona de favores y misericordia y quien sacia de bien mi boca (Sal. 103). 

Oración

Gracias Jesús porque en ti encuentro un amigo que entiende, puedo ser honesto contigo, y tu Espíritu me conforta. Hoy te entrego los pensamiento de derrota que he creído, y recibo tu gracia y verdad: soy tu hijo amado, y tienes cuidado de mí. Tu verdad alimenta mi esperanza. Espíritu santo fortalece mi corazón para volver a soñar, y disfrutar la vida que me has dado. En el nombre de Jesús, amén.