La Esperanza NacióMuestra

Día 2

Jesús es mi esperanza de las promesas de Dios

En el tiempo en que José y María llevaban a Jesús para presentarlo en el templo, el Espíritu le reveló a un anciano llamado Simeón que el Mesías estaría en el templo, así que este anciano se dirigió hacia allá para conocer a Jesús y narra la Biblia que, al verle, tomó al bebé en sus manos y comenzó a alabar a Dios. Aunque breve, la intervención de Simeón es impactante y conmovedora, nos muestra el asombro genuino que provoca el conocer a tu Salvador. Simeón anhelaba conocer a aquel quien derrocaría imperios para establecer uno nuevo, deseaba ver al Mesías que traería luz, paz y gloria sobre Israel. El corazón de Simeón nos anima a vivir asombrados por todo lo que Jesús fue llamado a hacer en este mundo y en nuestros corazones. 

Meditemos en todas las promesas que Jesús ha traído a cada área de nuestras vidas. Jesús es la promesa cumplida de paz (Juan 16:33) y de descanso (2 Pedro 3:9). Así que hoy somos animados a cobrar esperanza, a enfocarnos en Jesús nuestra esperanza, a pesar de que tal vez este año representó desanimo en nuestro corazón, la caída de nuestra empresa, o incluso la muerte de seres amados; Jesús es suficiente para estar en paz y llenos de gozo para disfrutar esta temporada. Podemos celebrar que Jesús nació en el mundo, pero también en nuestros corazones. 

Oración:

Señor Jesús, gracias porque todas las promesas en ti son sí y amén, gracias porque me das la esperanza de un buen futuro a pesar de mi presente. Declaro que tú eres mi promesa cumplida y decido verte como Simeón, con asombro porque representas todas las promesas de Dios Padre hechas realidad por amor inmerecido, En Cristo Jesús, amén.