Perfecta Paz Muestra

 Disfrutar, es una decisión…. ¿Has pensado en eso?

Gozarnos en la voluntad de Dios es una decisión, y no significa estar en un estado de risas constante, pero sí en un estado libre de quejas. Significa mantenernos mansos y no desafiantes ante un Dios que sabe bien hacia dónde nos dirige.

Hay una mujer de la Biblia que, para mi, es un ejemplo, en esto de gozarse mientras se honra la voluntad de Dios. Esa mujer es, María.

María era una joven no mayor de 16 años. Culturalmente, ya tenía edad para casarse, de hecho, ya estaba desposada (comprometida) con José.

Observen conmigo estos detalles, para que conozcan el por qué de mi admiración hacia ella.

1.- María era Obediente sin titubear:

Traten de imaginar este escenario: una jovencita, recibe la visita de un Ángel, que le dice que será madre del hijo de Dios. Le explica que quedará embarazada instantáneamente, aún siendo virgen, (lo cual es imposible desde el punto de vista humano). Y por supuesto, algo NUNCA ANTES VISTO. 

Ella, responsable, mansa y confiada responde: “He aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra” Luc 1:38 (RVR)

¿No es admirable?

2.- María confiaba en Dios valientemente:

La Ley de Moisés rezaba que, si una mujer cometía adulterio, era merecedora de muerte. Aún así, ella no titubeó en confesar a su prometido que, efectivamente, estaba embarazada. Ella confió en que Dios se ocuparía de protegerla mientras ella con fidelidad le servía. 

¿Y el resultado de ese paso de valentía, cuál fue? Dios se le reveló a José para confirmarle que el embarazo virginal de María era Su plan soberano,  (Mateo 1:18-21). por lo cual él accedió a casarse con ella y así caminar juntos en una ruta de Fe poniendo su  mirada fija en la aprobación divina.

3.- María no se autoconmiseró a causa de la obediencia.

Encontré autores que señalan que el tiempo del desposorio duraba aproximadamente un año y luego de ello, la ceremonia. Es decir, mientras María estaba en el momento en el que, supuestamente, debía estar preparando su boda, más bien estaba experimentando todos los cambios y retos que conllevan a un embarazo. 

Además, de eso, debido a una ley que fue promulgada en la ciudad, ellos debieron hacer un largo viaje, en burro, justo cuando los días del alumbramiento de María estaban cerca. 

De verdad, no puedo imaginarme la incomodidad de esa situación. 

No conforme con lo antes descrito, ellos, quizás, también enfrentaron , calladamente,  las caras de menosprecio, que surgían, por el hecho de ser unos “comprometidos - embarazados”(pues eso era lo humanamente visible), lo cual era culturalmente vergonzoso. 

Un paso de obediencia voluntaria nada fácil. 

Me impresiona que la Biblia no registra NUNCA que María haya proferido alguna queja. Ningún comentario que señale un “pobre de mi que se me asignó esta tarea”, o algo como  “Estoy dejando de disfrutar esta etapa de mi vida por cumplir con este ministerio tan duro”. ¡Con razón el Señor le otorgó una bendición única para ella! “Salve, muy favorecida, Bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1:28-29 RVR)

Contario a la queja, la Palabra dice que María atesoraba las vivencias en su corazón, las guardaba como preciado tesoro. (Lucas 2:19). Lo hacía porque le producía gozo ver la voluntad de Dios cumplirse y tener el honor de ser ella Su instrumento. (Lucas 1: 46-48). Ella encontró el gozo de amoldarse al sueño de Dios.

Si el Señor nos hace una asignación particular que rompe nuestros esquemas, ¿disfrutaríamos de los matices del proceso? ¿Atesoraríamos momentos? ¿Nos mantendríamos con la mirada fija en el cumplimiento de Su voluntad?

Dios nos ama, y nos usa para Su Gloria. ¡Honrar sus tiempos y gozarnos en ellos es un honor que tiene grandes recompensas! porque Dios honra a quienes le honran (1 Samuel 2:30b)

No temas decir Sí Señor, más bien confía y abre tus ojos para atesorar los momentos durante el proceso.