Oraciones audacesMuestra

¿Es Él inofensivo? No, pero es bueno.

Conducir una moto sin casco ni luces en una carretera de doble vía por las montañas durante una tormenta de nieve por la noche, eso es peligroso. Preguntarle la edad a una mujer, eso es peligroso. Pero, ¿orar? ¿Por qué es peligroso orar? ¿No lo hacen las abuelitas en la seguridad de sus hogares? ¿Qué podría significar oraciones peligrosas??

>EnEl León, la bruja y el armario, la novela de ficción de C.S. Lewis acerca de animales hablando y niños viajando a otros mundos, la niña Susan pregunta al Señor Castor algo importante sobre Aslan el león. Aslan es el personaje que representa a Dios en la historia. El diálogo es así.

Susan: ¿Es él inofensivo? Debería estar nerviosa por encontrarme con un león.
Señor Castor:¿Inofensivo? ¿Quién dijo que es inofensivo? Por supuesto que no lo es. Pero es bueno. Te digo, él es el Rey.

Servimos a un Rey que no es inofensivo, pero es bueno. Al orar no debemos hacer oraciones inofensivas; deben ser buenas, grandes y peligrosas como Dios. Llegamos ante Dios con nuestra ropa sucia o con la lista de lo que queremos pedirle. ¿Qué tal si le preguntamos lo que nosotros podemos hacer por Él? Eso sería peligroso.

La verdadera oración tiende a empujarnos fuera de nuestras zonas de confort. ¿Qué es una zona de confort? Es un círculo egocéntrico donde todo gira alrededor de nuestras necesidades y deseos. Es nuestro reino donde somos reyes o reinas. La oración nos saca de estos círculos egocéntricos porque ella es para que Su Reino venga y que se haga Su voluntad. La oración es la forma como nos damos cuenta, como el Señor Castor, que Él es el Rey.

Ora: Padre Celestial, Tú creaste el tiempo, el espacio y a mí. Perdóname por orar y vivir como si yo supiera más que Tú. Ayúdame a hacer oraciones peligrosas. Padre, permite que los deseos de Tu corazón se vuelvan míos. Que venga Tu reino y que se haga Tu voluntad en la tierra como en el cielo. Amén

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