Paz en la tormentaMuestra

 Día 2: ocúpese y no se preocupe

Las preocupaciones, muchas veces, nos invaden y volvemos un problema a aquellas cosas que no podemos resolver. Gastemos todas nuestras energías de manera proactiva. Solemos pasar tiempo generando problemas y preocupándonos, y no solucionamos nada ni resolvemos el conflicto.

Me imagino a los discípulos dentro de la barca: se habrán comenzado a decir “¿Y ahora qué vamos a hacer? Nos vamos a morir, que terrible lo que nos toca vivir”.

Los problemas forman parte de la vida. Jesús está consciente de esta realidad y dice en San Juan 16:33: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo".

El segundo consejo es que elimine los temores innecesarios. La imaginación tiene el poder de crear escenarios inexistentes. Gran parte de esa ansiedad es innecesaria y puede ser fácilmente eliminada. ¿Cómo?

Enfrente sus temores. Tenemos que confrontar la fuente del temor. Los temores te harán sentir que no tienes que enfrentar la situación, que lo único que puedes hacer es rendirte ante las circunstancias.

Las dos palabras que le ayudarán a eliminar la mayor parte de sus temores son: ¡Tomar decisiones! Si vivimos posponiendo situaciones, estaremos haciendo más grandes nuestras angustias y temores.