[Serie La manifestación de Cristo en nosotros] Parte 2Muestra

Recibir el Espíritu por fe

Gálatas 3:2 dice: “esto es lo único que quiero saber, preguntar, averiguar, investigar, indagar acerca de ustedes gálatas, acerca de ti esto es lo único que quiero saber, ¿recibiste el Espíritu por las obras de la ley o por el oír con fe? Y yo les hago una pregunta similar en el tiempo presente a los gentiles, ¿recibieron el Espíritu Santo por un rito? ¿Por la imposición de manos? ¿Por ser parte de una denominación? ¿Por sentir algo bonito? ¿Por hablar en lenguas? ¿O fue por el oír con fe? Tienes el Espíritu por fe”. 

Te percibo con los ojos de Dios, morada de Dios en el Espíritu, bautizado en el Espíritu, viviendo en el Espíritu, porque eso es lo que Dios declara acerca de ti. ¿Tú eres hijo? Y cuando se dice «hijos», incluye a las hijas. En términos humanos existe masculino y femenino, en el Espíritu no existe masculino y femenino. Aunque seas mujer en el Espíritu, tú eres hijo, en el espíritu no hay hombre o mujer, es un espíritu. No existe sexo en el Espíritu. Entonces, aunque seas mujer, tú eres un rey, tú eres un sacerdote para Dios, eres un ministro competente del nuevo pacto, no eres una ministra, eres un ministro competente de un nuevo pacto, porque en tu espíritu y en el de los hombres y mujeres no existe diferencia entre varón y mujer. Somos uno en Cristo, es el mismo Espíritu, porque ustedes son hijos. ¿Tú eres hijo? Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, por el cual clamamos ¡Abba Padre! 

Entonces, el Espíritu clama dentro de nosotros, la realidad de que nuestro padre no es Adán sino Dios, que nuestra procedencia es divina y que estamos identificados no solo con los favores, sino también con la herencia del Padre, con los propósitos del Padre y con los negocios del Padre. Los negocios de él son mis negocios, todo lo de él es mío, su propósito es mi propósito, porque él es mi Abba. Lo que él desea yo deseo, porque él es mi Abba, su misión es mi misión, porque él es mi Abba en mi espíritu.