Cuando no entiendes a DiosMuestra

Si Dios es bueno y amoroso, ¿por qué existe tanta maldad en el mundo?

Esta es una pregunta milenaria que se ha hecho durante siglos, y que probablemente seguirá haciéndose. La respuesta parece estar fuera de nuestro alcance mental. Por mucho que nos digan o por mucho que aprendamos, no nos satisfacen las respuestas que obtenemos, sobre todo cuando cada día aparecen nuevas crisis y males. 

Génesis 1 detalla la historia de la creación del mundo. Dios hizo nuestro mundo perfecto, incluyendo la creación de la humanidad. Dios colocó a Adán en el Jardín del Edén y le dio esta instrucción en Génesis 2:16-17: No comas del árbol de la ciencia del bien y del mal. Dios dio la opción de obedecerle o no. Cuando elegimos desobedecer a Dios, nuestras elecciones provocan el mal. Dios no creó el mal: es el resultado de nuestras elecciones pecaminosas.

Eso aún no parece responder a nuestra pregunta. Sí, tenemos libertad que nos permite elegir, pero ¿por qué nuestro Dios bueno y amoroso lo permitió? ¿No sabía Él que algunas cosas que elegiríamos tendrían resultados malos? ¿No sabía que sufriríamos mucho dolor por las acciones de otra persona hacia nosotros? Sí. Porque Él es omnisciente, lo sabía y lo sabe. Y eso hace que toda esta situación cierre el círculo en el que nos hacemos las preguntas de nuevo: "Si Dios es bueno y amoroso, ¿por qué existe tanto mal en el mundo?"

El mal sí existe. Pero quizás vemos y oímos hablar de tanto mal porque es lo que nos llama la atención. Tristemente, siempre que vemos o leemos las noticias, la mayoría son malas. Y a menudo, al final del noticiero, escuchamos una noticia edificante y alentadora que realmente nos tranquiliza un poco, ¿no es así? Nos encontramos con que queremos más de ese tipo de noticias.

Mientras los humanos imperfectos y finitos ocupen nuestro mundo, siempre habrá maldad, por lo que es posible que no obtengamos una respuesta que nos satisfaga. Qué pasaría si desviáramos nuestra atención del mal en el mundo y no sólo buscáramos el bien, sino que hiciéramos nuestra parte para dar paso a la esperanza y la restauración como seguidores de Jesús? ¿Y si pasáramos menos tiempo preguntando por qué ocurre el mal y más tiempo ofreciendo esperanza y ayuda a los que luchan en su propio dolor? ¿Y si en lugar de tratar de entender algo inasible como el mal, hiciéramos nuestra parte para marcar la diferencia en la vida de las personas sirviéndoles y compartiendo a Jesús con ellas? 

Buscar el bien y tratar de hacer el bien en nuestro mundo y a las personas que residen en el es el papel que estamos llamados a desempeñar. Lo que buscamos, lo encontraremos. Así que, busquemos el bien.