Reflexiones ¡de Película! en AISLAMIENTOMuestra

     12 AÑOS DE ESCLAVITUD

 Ante nosotros la triste historia de un hombre llamado Solomon, que siendo un hombre libre, fue tomado como rehén en tiempos de esclavitud y retenido por 12 años sirviendo a diferentes amos, por el solo hecho de ser negro.
Violinista de gran capacidad, y oriundo de Nueva York; de un momento a otro desapareció de su ciudad dejando desamparados a su esposa e hijos, trasladado a la zona sur del país para cumplir tareas forzosas en el campo.
Trabajando duro para diferentes dueños, Solomon vio en reiteradas oportunidades, cómo los estancieros hacían uso de la Biblia para justificar sus malas acciones y condenar a los demás.
Un amo permanentemente invocaba las promesas del Dios de Abraham, Isaac y Jacob pero en ningún momento habló sobre las enseñanzas de libertad del hombre esclavo que enseñaba el apóstol Pablo. Otro, los hostigaba tras la conclusión que Dios castigaba sus campos con una pésima cosecha de algodón por la incredulidad e idolatría de sus siervos negros.
Así, a gusto y antojo, la Biblia era un manual de disciplina y corrección para los esclavos, antes que la regla de fe y práctica de los amos.
Semejante historia nos hace pensar que en ese tiempo, probablemente no hubiéramos encontrado esclavo alguno interesado en el cristianismo, si hubiera tenido la libertad de serlo.
Asimismo, esto también nos lleva a pensar en cuál debe ser nuestra condición a la hora de predicar el Evangelio, y si efectivamente somos consecuentes con el mensaje.
Curiosamente, Jesús no fue muy amable con los religiosos de la época, que tergiversando las Escrituras obtenían su propio provecho desestimando la verdad de Dios y acumulando condenación para sí mismos.
¡Seamos ejemplo, y que nuestros hechos hablen más que nuestras palabras!