Dios se acuerda de tiMuestra

Día #6- El regalo de la santidad 

Hemos llegado al final de este tiempo de lectura, y Dios nos ha venido confirmando que se acuerda de nosotros.  Por eso, hoy nos muestra el regalo de la Santidad. 

Dice la palabra que sin santidad nadie verá al Señor y estoy segura que tú anhelas verle cara a cara.  En Juan 3:1-3 se nos habla de mirar el amor tan grande que nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, por eso, Dios se acuerda de ti, porque eres su hijo y te ama. 

Qué maravilloso es saber que aunque madre y padre te abandonen, Dios no lo hará y se acordará de ti. Todo el que tiene esperanza en Él, será santo como Él es santo. La santidad es un llamado de Dios para nuestra vida, es la unión perfecta con Él y su voluntad. Es un regalo del cielo. 

En este día busca ese encuentro íntimo con Dios, ya has visto como obra para bien en momentos adversos, como sigue a tu lado y como se acuerda de ti. Ahora, mira este llamado y regalo de santidad como el lazo más estrecho con el mismo Dios, y recibe su amor y encuentra su paz. Busca su presencia y vivirás sintiendo la llamada ardiente de seguirle, obedecerle, amarle, y ser como Él.

Lineamientos para la santidad:

1. Desearla: debes desear ser santo.

2. Seguir los mandatos de Dios.

3. Todo lo que hagas debe ser basado en el amor de Dios.

4. Perseverar en el camino de la santidad.

5. Creer que Dios te creó con el llamado a la santidad.

Para ver a Dios y convencerte de que se acuerda de ti, necesitas abrir tu corazón a un encuentro diario con Él, reconocerlo como tu dueño y Señor y vivir en intimidad con Él. 

Oración: Señor, gracias por mostrarme que estás conmigo, que te acuerdas de mí, que haces que mi pena se convierta en baile y que me ayudas a ganar aunque parezca que pierdo.  Gracias por guiarme a la transformación, sabiendo que si caigo, tú vienes a mi rescate. Gracias por darme esperanza cuando creo que no puedo más y gracias por el regalo de la santidad, que debo construir y vivir a través de mi relación contigo. En ti confío y descanso porque tú te acuerdas de mí. Amén.