Dios se acuerda de tiMuestra

Día #1- No permitas que te acuerden tu pena

Muchas veces nos enfocamos en la pena que cargamos y olvidamos que hay un Dios que cambia nuestro lamento en baile. Eso era lo que le sucedía a Ana; ella sufría una pena por no poder tener hijos. Ana era una de las dos mujeres de Elcana y su lamento era no poder tener un hijo, mientras que la otra mujer, Penina, sí pudo. 

Ana permitía que Penina le acordara su pena y cada vez que lo hacía, comenzaba a llorar y dejaba de comer. Un día fue a orar ante Dios y no dejaba de llorar; allí le hizo una promesa al Señor y fue, que si Dios le concedía un hijo, lo consagraría a Él por el resto de sus días. 

Ahora deseo que puedas entender los pasos que dio Ana en medio de su pena y dolor:

1. Reconoció su necesidad: ese dolor y pena que cargaba, y la presentó ante Dios.

2. Expandió su corazón: ella abrió su corazón por completo a Dios, desnudó su alma y derramó su corazón (llanto). Ana se entregó.

3. Oró por largo tiempo: ella mencionaba que su sufrimiento era demasiado y por eso, oró por tanto tiempo.

Esta historia nos hace reflejarnos en Ana porque muchas veces dejamos que nos recuerden la pena y sin hacer nada. Hoy sigue esos pasos que dio Ana porque en 1 Samuel 1:19-20  dice que Dios se acordó de ella y el concedió ese hijo que tanto pidió. De esta misma manera, te dice a ti, que se acuerda de ti y de tu pena. 

Oración: Señor, hoy vengo a ti reconociendo mi pena y mi dolor, confiando en que así como te acordaste de Ana, te acordarás de mí. Dame la fe para orar por mi petición y descansar en tus promesas de amor y en tu fidelidad. Amén.