El Padre te ama, por Pete BriscoeMuestra

Día 3
Tu consolación siempre presente

Nos has hecho para ti, oh Señor; y nuestros corazones están inquietos hasta que descansen en Ti. Augustine

La vida es una lucha. Todo el mundo te lo dirá. No importa dónde terminemos, luchamos con una amplia gama de problemas y dificultades financieras, emocionales, físicas, etc. Y no hay soluciones almacenadas para cada problema que encontramos. Algunas de las sugerencias que escuchamos de nuestros padres terrenales incluyen “resuélvelo tú mismo” y “pon manos a la obra”.

Pero, a diferencia de cualquiera de esas posturas, nuestro Padre Celestial nos dice algo que abarca cualquier problema que podamos enfrentar:

El SEÑOR respondió: "Yo mismo iré contigo y te daré descanso". (Éxodo 33:14 NVI).

¿Dios nos dará descanso? Algunos de nosotros tuvimos padres que nos empujaron y empujaron hasta el borde del agotamiento físico y mental. Dios Padre es diferente. Él nos consuela. Sí, Él tiene cosas que debemos hacer, y esas cosas son muy importantes, pero las Escrituras dejan claro que esas cosas las hacemos dependiendo de la fuerza de Dios que obra a través de nosotros, en lugar de que usemos nuestras fuerzas para tratar de hacer cosas por Él.

“Fui [Dios] quien enseñó a caminar a Efraín, tomándolo de los brazos. Pero él no quiso reconocer que era yo quien lo sanaba. Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos de amor. Le quité de la cerviz el yugo y con cariño me acerqué para alimentarlo.“ (Oseas 11:3-4 NVI).

En este pasaje de Oseas, vemos que Dios no solo toma nuestras cargas, ¡sino que QUIERE tomarlas debido a su amor infinito por nosotros! No hay límite para lo que Él puede controlar ni para lo que hará por ti. Esto plantea una pregunta bastante profunda:

¿Contra qué has estado luchando con tus propias fuerzas, en lugar de confiarlo al Padre que te ama?

Padre, toma las cargas que me he puesto encima. No puedo abordar estas cosas por mi cuenta. Te entrego lo que he estado tratando de hacer yo mismo. Dejo de intentarlo por mi cuenta. Confío en tu fuerza para ser constantemente reconfortado en tu consolación. Amén.