En nuestro lugar: Devocionales de Cuaresma De Time of GraceMuestra

Inocente
No es difícil despreciar a los fariseos de la época de Jesús por su estúpida pequeñez mental, su pretendida superioridad juzgando a los demás y su ceguera hacia su propio despreciable pecado. No es difícil burlarse de los discípulos de Jesús señalándolos como necios que generalmente malinterpretaron la misión y el plan de Jesús. No es difícil hoy en día mirar alrededor y ver malvados en todas partes.
¿Has visto al hacedor de maldad en el espejo?
Los soldados romanos crucificaron a Cristo. El Alto consejo judío crucificó a Cristo. El sistema legal romano, incluyendo al gobernador Poncio Pilato, crucificó a Cristo. Isaías lo hizo también, igual que nosotros. “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos” (Isaías 53:3).
Es por todas esas personas pecadoras, y por nosotros, que Jesús tuvo que venir a nuestro mundo a nacer, a vivir perfectamente y morir siendo inocente. Es Su sacrificio el que hace el pago de sangre por nosotros. Es Su muerte la que permite al Padre declararnos “inocentes”.
Es por Sus heridas, solamente Sus heridas, por las que somos sanados.
No es difícil despreciar a los fariseos de la época de Jesús por su estúpida pequeñez mental, su pretendida superioridad juzgando a los demás y su ceguera hacia su propio despreciable pecado. No es difícil burlarse de los discípulos de Jesús señalándolos como necios que generalmente malinterpretaron la misión y el plan de Jesús. No es difícil hoy en día mirar alrededor y ver malvados en todas partes.
¿Has visto al hacedor de maldad en el espejo?
Los soldados romanos crucificaron a Cristo. El Alto consejo judío crucificó a Cristo. El sistema legal romano, incluyendo al gobernador Poncio Pilato, crucificó a Cristo. Isaías lo hizo también, igual que nosotros. “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos” (Isaías 53:3).
Es por todas esas personas pecadoras, y por nosotros, que Jesús tuvo que venir a nuestro mundo a nacer, a vivir perfectamente y morir siendo inocente. Es Su sacrificio el que hace el pago de sangre por nosotros. Es Su muerte la que permite al Padre declararnos “inocentes”.
Es por Sus heridas, solamente Sus heridas, por las que somos sanados.
Escritura
Acerca de este Plan

Este Plan de lectura te llevará a través de la Cuaresma, la cual nos trae las increíbles historias del sufrimiento, la condena y la muerte de Jesucristo en nuestro lugar.
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Queremos agradecer al Ministerio Time of Grace por proveer este Plan. Para más información, por favor visita www.timeofgrace.org
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