Jonás - Amar al falto de amorMuestra

Dios es Dios de compasión

Lectura: Jonás 3:9-10

DEVOCIONAL: Jonás 3:10

“Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.” – Jonás 3:10

¿Sabes de dónde viene la palabra “compasión”? Probablemente no encontrarás esto tan fascinante como yo, pero como estamos hablando de misericordia y compasión, por favor, ten misericordia y quédate un ratito mientras te lo cuento. 

La palabra entró al inglés a través del francés, pero es, en realidad, una palabra de origen latino formada por dos palabras: “com-“, un prefijo que significa “con” y “pasión”, que viene del verbo “pateo” y significa “sufrir”. Estas dos palabras juntas significan literalmente “sufrir al lado de alguien”. Otra palabra que significa exactamente lo mismo es “simpatía”. La única diferencia es el uso de “syn-“, el prefijo griego, en lugar del “com-“ latino. ¿Sigues ahí? 

Entonces, basándonos solo en el significado de las palabras, la única manera de tener compasión o simpatía con alguien es sufrir con esa persona, literal o metafóricamente. 

Conocer el origen de la palabra me ayuda a comprender mejor por qué la compasión de Dios nunca termina. Por qué la extiende en cada ocasión y situación. Y eso es porque Él sabe, porque Él comprende exactamente por lo que estamos pasando. 

Hebreos 4:15 dice “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” Para los griegos, el atributo primario de Dios era la “apatheia”, la incapacidad de sentir nada. Jesús no es así. Él sabe, Él siente por lo que nosotros pasamos. 

¿No te alucina esto? ¿Te das cuenta de que Jesús no solo está contigo cuando sufres sino que también comprende por completo lo que estás sintiendo, tus dudas, tus luchas, tu dolor?

Oh, Padre, te agradezco por ser un Dios de compasión, un Dios que comprede mi dolor y camina conmigo a través de los valles más difíciles. Te alabo y bendigo Tu nombre. Amén.