La Justicia de DiosMuestra

La justicia en la carta de Santiago

Como Santiago ha sido principalmente leído desde el punto de vista de «la dicotomía entre la fe y las obras», muchos lectores fallan en prestar atención a una preocupación muy importante de la epístola: la relación entre el rico y el pobre, y la denuncia que se hace en la carta de los abusos de los económicamente poderosos en contra del pobre y del indefenso. En muchas maneras, la enseñanza del libro con respecto a la preferencia por los pobres (p. ej., Santiago 1:9-11), la solidaridad con el débil y el oprimido (Santiago 1:27; 2:1-26) y la condenación de la vida lujosa de los ricos opresores (Santiago 5:1-6) es silenciada por el tipo de lectura que no presta atención a los temas de la justicia.

Santiago, considerado un líder de la iglesia de Jerusalén (Hechos 15) dirige la epístola a «las doce tribus que se hallan dispersas por el mundo». Esto se refiere a los primeros creyentes judíos que fueron expulsados de Judea por la persecución (lee Hechos 8). Como migrantes dispersos o refugiados su vida era difícil. Eran marginados y, por lo tanto, podían ser fácilmente sujetos a muchas formas de discriminación por parte de los económica y políticamente poderosos. En cierta manera, esta carta es como la carta de un pastor filipino a los Trabajadores Filipinos en el Extranjero dispersos alrededor del planeta y expuestos a muchas formas de abuso. Juzgando por el capítulo 2, esta discriminación también estaba sucediendo dentro de la comunidad de la fe. Incluso en los servicios de la iglesia, a los ricos se les estaba dando preferencia sobre los pobres, a pesar de que los ricos eran los que estaban persiguiendo a la comunidad.

Santiago brinda el mensaje de que Dios ha tomado el bando del pobre, escogiéndolos para ser sus herederos. Dice que Dios ya ha comenzado a juzgar a sus opresores. Gracias a eso, los pobres son alentados a estar orgullosos de su nuevo estatus delante de Dios (Santiago 1:9-11) para enfrentar sus pruebas activamente con paciencia y tener confianza en el futuro (capítulo 5). Al mismo tiempo, se les recuerda a los ricos que sean humildes (Santiago 1:10-11), que apliquen el mensaje de la Palabra (Santiago 2:8-9) a su vida, que eviten confiar en sus riquezas y que sean justos en la manera en que tratan a sus trabajadores (Santiago 5:1-6).

Santiago llama a los creyentes a una vida de justicia social; una vida radical que esté moldeada, no por los poderes utilitarios y los poderes opresivos del mundo, sino por el evangelio liberador de Cristo.

Noli Mendoza, Filipinas (tomado de la introducción a la carta de Santiago)