Suficiente: Silenciando las mentiras que roban tu confianzaMuestra

Reconocer las mentiras

La Biblia dice: “...Pues no ignoramos sus [Satanás] planes” (2 Corintios 2:11 Nbla). Sus estrategias incluyen un plan progresivo paso a paso donde una mentira lleva a otra mentira y a otra. Las mentiras comienzan pequeñas con aparentes consecuencias insignificantes y crecen gradualmente con repercusiones más destructivas. Mentiras como: 

Soy tan tonto.

No puedo hacer nada bien.

Nunca voy a cambiar.

La única manera de reconocer la mentira es conociendo la verdad. Debemos conocer la verdad para que cuando llegue lo falsificado, reconozcamos su falta de autenticidad.

Cuando alguien se capacita para ser cajero de un banco, se le enseña a reconocer el dinero falsificado. Sin embargo, los capacitadores no enseñan cómo son los billetes falsos; sino cómo es el dinero auténtico. Ellos estudian las marcas, los colores, y cómo se siente el dinero real al tacto, para que cuando llegue lo falsificado, el cajero pueda reconocerlo. 

D. L. Moody una vez dijo: “La mejor manera de demostrar que un palo está torcido no es discutiendo sobre eso o dedicando tiempo denunciándolo, sino poniendo un palo recto a su lado". La Palabra de Dios es el único palo recto—la única vara de medición que importa.

Si Satanás viene a ti con un pequeño traje rojo con un tridente y se anuncia a sí mismo como el diablo, tú no le creerías ni una palabra de lo que dice. Pero él es astuto y se disfraza como ángel de la luz (2 Corintios 11:14). Cuando él engañó a Eva, incluso citó la Escritura—aunque retorcida y distorcionada.

Él tiene una colección de viejas cintas de tu pasado, y presiona retroceder y reproducir, retroceder y reproducir. Oh sí, él sabe qué botones presionar. Él también utiliza pronombres personales como “Yo” en lugar de “tú". Los pensamientos suenan algo como esto: Yo soy un fracaso. Yo soy un perdedor. Yo no puedo hacer nada bien. Yo soy feo. Los pensamientos suenan como tú, se sienten como tú, y antes que lo notes, piensas que erestú. Esa es la razón por la que es tan difícil detectar las mentiras. Ellas suenan igual que nosotros.

Cuando se trata del enemigo, nosotros no tenemos que derrotarlo en una lucha, solo tenemos que superarlo con la verdad. Pero primero, debemos reconocer las mentiras que nos hemos estado diciendo a nosotros mismos.

Jesús dijo: “Conocerás la verdad y la verdad los hará libres”. Conocer la verdad de Dios es lo que nos ayudará a reconocer las mentiras y a rechazarlas.