Oswald Chambers: Alegría - Fuerza en el SeñorMuestra

La alegría que un creyente le puede dar a Dios es el placer más puro que Dios le permite a un santo, y es muy humillante darse cuenta de la poca alegría que le damos. Confiamos en Dios hasta cierto punto, y luego decimos: "Ahora debo hacerlo lo mejor que puedo". Hay momentos en que no hay mejor forma humana de hacerlo, cuando se debe dejar lo mejor a lo Divino, y Dios espera que aquellos de nosotros que lo conocemos tengamos confianza en Su habilidad y poder. Tenemos que aprender lo que estos pescadores aprendieron, que el Carpintero de Nazaret sabía mejor que ellos cómo manejar el barco. ¿Es Jesucristo Carpintero o es Dios para mí? Si Él es solo hombre, ¿por qué dejarlo tomar el timón del bote? ¿Por qué orarle? Pero si Él es Dios, entonces sea lo suficientemente heróico como para ir al punto de ruptura y no romper su confianza en él.

Preguntas para reflexionar: ¿Alguna vez he considerado la idea de que podría o debería darle alegría a Dios? ¿Sé lo que trae alegría a Dios? ¿De qué manera podría darle alegría a Dios?

Cita tomada de El lugar de la ayuda, © Discovery House Publishers