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SALMOS 104

104
Salmo 104 (103)
¡Qué abundantes son tus obras, Señor#Salmo 104 (103): Himno a Dios soberano y creador de cuanto existe. En él, tras cantar la realeza de Dios entronizado en la corte celeste (104,1-4), el salmista se recrea en la contemplación de la belleza y bondad de su obra: la tierra que formó separándola de las aguas, la naturaleza y las criaturas que la pueblan, el ritmo de los tiempos. Una alabanza personal llena de gozo cierra este salmo (104,31-35) que guarda notables semejanzas con el himno egipcio al dios sol de Akenatón (siglo XIV a. C.) y recoge tradiciones del relato de Gn 1.!
1¡Bendice, alma mía, al Señor!
Señor, Dios mío, qué grande eres;
de gloria y majestad te vistes.
2Como un manto te envuelve la luz,
como un tapiz extiendes el cielo.#Is 40,22.
3Alzas tus aposentos sobre las aguas#104,3: sobre las aguas: Las aguas superiores que, según la cosmología antigua, se encuentran encima de la bóveda celeste (ver Gn 1,6-8) y caen en forma de lluvia. Sobre ellas se halla la morada de Dios.,
haces de las nubes tu carroza,
en alas del viento caminas;#18,11.
4a los vientos haces mensajeros tuyos,
a las llamas ardientes,#104,4: llamas ardientes: Verso citado en Heb 1,7 según la versión griega de los LXX. tus servidores.
5Afirmaste la tierra sobre sus cimientos
y nunca jamás podrá derrumbarse.#75,4.
6Como vestido le pusiste el océano,
hasta los montes se alzaban las aguas#104,6: se alzaban las aguas: Se trata de las aguas primordiales y caóticas que cubrían la superficie de la tierra y que, a una orden de Dios (104,7), se retiran al lugar que él les indica permitiendo la aparición de lo seco (104,9). Ver Gn 1,9.;
7ante tu grito amenazante huían,
ante tu voz tronante escapaban;
8subían a los montes, por los valles bajaban
hasta el lugar que tú mismo les fijaste.
9Les fijaste una frontera que no cruzarán
y no volverán a cubrir la tierra.#Gn 9,11-15.
10Tú conviertes a los manantiales en ríos#104,10: en ríos: Las aguas antes hostiles (104,6b) aparecen ahora transformadas por la acción divina en apacibles arroyos que proporcionan fertilidad a la tierra (104,13) y, por tanto, sustento a los animales, vegetales y seres humanos que la pueblan (104,10-18).
que serpentean entre montañas,
11proporcionan bebida a las bestias del campo
y apagan la sed de los asnos salvajes;
12en sus orillas moran las aves del cielo
que entre las ramas andan trinando.
13Desde tus aposentos riegas los montes,
se sacia la tierra del fruto de tus obras.#65,10; Hch 14,17.
14Tú haces brotar la hierba para el ganado,
y las plantas que cultiva el ser humano
para sacar el pan de la tierra#104,14: el pan de la tierra: Pues si bien es Dios mismo quien garantiza el alimento al ser humano, este, a diferencia del resto de las criaturas, ha de aportar su trabajo y labrar la tierra para obtener de ella cuanto necesita para vivir.;#147,9; Gn 1,30.
15y también el vino que alegra a los humanos,
dando a su rostro más brillo que el aceite#104,15: más brillo que el aceite: Otra lectura: “el aceite que hace brillar su rostro”.,
junto con el alimento que los reconforta.#Jue 9,13.
16Reciben su riego los árboles del Señor,
los cedros del Líbano que él plantó#104,16: que él plantó: Como de los campos cultivados (104,14-15), también Dios se ocupa de la naturaleza no dominada por el ser humano, regándola con sus lluvias y proporcionando una morada a aves y animales (104,16-18)..
17En ellos las aves ponen sus nidos
mientras la cigüeña lo pone en los cipreses;
18los altos montes son de los ciervos,
las rocas, refugio de los tejones.
19Para marcar los tiempos hiciste la luna
y el sol que sabe cuándo ocultarse#104,19: cuándo ocultarse: Evocando el cuarto día de la creación (Gn 1,14-16), la luna y el sol marcan el ritmo del tiempo distinguiendo los meses y los años, el día de la noche y regulando el ciclo de la vida de los animales (104,20-22) y de los seres humanos (104,23)..#74,16; Gn 1,16.
20Dispones la oscuridad y cae la noche:
bullen en ella los seres del bosque,
21rugen los leones ante la presa
y piden a Dios su alimento.#Jb 37,8; 38,39.
22Sale el sol y ellos se esconden,
descansan en sus madrigueras.
23Entonces sale el ser humano a su trabajo,
a su labor que dura hasta la tarde.
24¡Qué abundantes son tus obras, Señor!
Con tu sabiduría las hiciste todas,
la tierra está llena de tus criaturas.#Jr 10,12; Pr 3,19.
25Aquí está el inmenso y ancho mar,
allí un sinfín de animales marinos,
seres pequeños y grandes;
26allí se deslizan los barcos
y Leviatán, a quien formaste para jugar con él#104,26: Leviatán: Este monstruo mítico relacionado con el poder del caos, es aquí despojado de los rasgos que inspiran temor para integrarse en un paisaje sereno y armonioso. Ver nota a 74,14.— a quien formaste para jugar con él: O bien, “a quien formaste para que jugase en él”..
27Todos ellos te están esperando
para tener la comida a su tiempo.#145,15-16; Lc 12,24.
28Tú se la das y ellos la atrapan,
abres tu mano, los sacias de bienes.
29Pero si ocultas tu rostro se aterran,
si les quitas el aliento agonizan
y regresan al polvo.#Jb 34,14-15.
30Les envías tu aliento y los creas,
renuevas la faz de la tierra.#Gn 2,7.
31Que la gloria del Señor sea eterna,
que el Señor se goce en sus obras.#Gn 1,31.
32Él mira la tierra y ella tiembla,
toca las montañas y echan humo#104,32: echan humo: Imagen que subraya la majestad y grandeza de Dios. Ver 104,1-4..
33Mientras viva cantaré al Señor,
alabaré al Señor mientras exista.#146,2.
34Que mi poema le agrade,
que yo en el Señor me alegre.#19,15.
35Que sean los pecadores extirpados de la tierra,
que los malvados no existan más.
¡Bendice, alma mía, al Señor#104,35: no existan más: Pues ellos rompen y turban la armonía de la creación.— al Señor: Ver 104,1a.! ¡Aleluya!

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