El Espíritu del SEÑOR Soberano está sobre mí,
porque el SEÑOR me ha ungido
para llevar buenas noticias a los pobres.
Me ha enviado para consolar a los de corazón quebrantado
y a proclamar que los cautivos serán liberados
y que los prisioneros serán puestos en libertad.
Él me ha enviado para anunciar a los que se lamentan
que ha llegado el tiempo del favor del SEÑOR
junto con el día de la ira de Dios contra sus enemigos.
A todos los que se lamentan en Israel
les dará una corona de belleza en lugar de cenizas,
una gozosa bendición en lugar de luto,
una festiva alabanza en lugar de desesperación.
Ellos, en su justicia, serán como grandes robles
que el SEÑOR ha plantado para su propia gloria.