APOCALIPSIS 19:1-16
APOCALIPSIS 19:1-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
Después de esto, oí una gran voz, como de una inmensa multitud en el cielo, que decía: —¡Aleluya! Salvación, honra, gloria y poder son del Señor Dios nuestro, porque sus juicios son verdaderos y justos, pues ha juzgado a la gran ramera que corrompía la tierra con su inmoralidad sexual, y ha vengado en ella la sangre de sus siervos. Y volvieron a decir: —¡Aleluya! El humo de ella ha de subir para siempre jamás. Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron rostro en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono. Decían: —¡Amén! ¡Aleluya! Y del trono salió una voz que decía: —Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que lo teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de un gran caudal de agua y como el retumbar de potentes truenos, que decía: —¡Aleluya!, porque el Señor, nuestro Dios Todopoderoso, reina. Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente. Y es que el lino fino significa las acciones justas de los santos. El ángel me dijo: —Escribe: «Dichosos los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero». Y me dijo: —Estas son palabras verdaderas de Dios. Yo me postré a sus pies para adorarlo, pero él me dijo: —¡Mira, no lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos, los que dan testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. El que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llamas de fuego, tenía muchas diademas en su cabeza y llevaba escrito un nombre que únicamente él conoce. Vestía una ropa teñida en sangre y su nombre es: «La Palabra de Dios». Los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, lo seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones, y él las gobernará con cetro de hierro. Él pisará el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. En su manto y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.
APOCALIPSIS 19:1-16 La Palabra (versión española) (BLP)
Después de esto, oí algo como la voz sonora de una gran muchedumbre que cantaba en el cielo: —¡Aleluya! Nuestro Dios es un Dios salvador, fuerte y glorioso, que juzga con justicia y con verdad. Él ha condenado a la gran prostituta, la que con su lujuria corrompía la tierra. Ha vengado así en ella la sangre de sus servidores. Y el coro celestial repetía: —¡Aleluya! El humo de su hoguera sigue subiendo por siempre. Los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes cayeron, entonces, rostro en tierra y, adorando a Dios, que está sentado en el trono, decían: —¡Amén! ¡Aleluya! Salió también del trono una voz que decía: —Alabad a nuestro Dios todos cuantos le servís y veneráis, humildes y poderosos. Oí luego algo parecido a la voz de una muchedumbre inmensa, al rumor de aguas caudalosas, al retumbar de truenos fragorosos. Proclamaban: —¡Aleluya! El Señor Dios nuestro, dueño de todo, ha establecido su reinado. Alegrémonos y gocémonos y ensalcemos su grandeza, porque ha llegado el momento de las bodas del Cordero. ¡Está su esposa engalanada, vestida de lino finísimo y deslumbrante de blancura! El lino que representa las buenas acciones de los consagrados a Dios. Alguien me dijo: —Escribe: «Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero». Y añadió: —Palabras verdaderas de Dios son estas. Me postré entonces a sus pies con intención de adorarlo, pero él me dijo: —¿Qué haces? Yo soy un simple servidor como tú y tus hermanos, los que dan testimonio de Jesús. A Dios debes adorar. (Y es que tener espíritu profético y dar testimonio de Jesús es una misma cosa.) Vi luego el cielo abierto y un caballo blanco, cuyo jinete, llamado «Fiel» y «Veraz», juzga con justicia y se dispone a combatir. Sus ojos son como llamas de fuego, múltiples diademas ciñen su cabeza y lleva un nombre escrito que solo él es capaz de descifrar. Viste un manto empapado en sangre y su nombre es «La Palabra de Dios». Cubiertos de finísimo lino resplandeciente de blancura, los ejércitos del cielo galopan tras sus huellas sobre blancos caballos. Una espada afilada sale de su boca para herir con ella a las naciones, a las que gobernará con cetro de hierro; y se dispone a pisar el lagar donde rezuma el vino de la terrible ira de Dios, que es dueño de todo. Y escrito en el manto y sobre el muslo tiene este título: «Rey de reyes y Señor de señores».
APOCALIPSIS 19:1-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Después de esto oí las fuertes voces de una gran multitud, que decía en el cielo: “¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque juzga rectamente y con verdad; ha condenado a la gran prostituta que con su prostitución corrompía al mundo; ha vengado en ella la muerte de los siervos de Dios.” Luego volvieron a decir: “¡Aleluya! El humo de su incendio subirá por siempre.” Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron hasta el suelo y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono. Decían: “¡Amén! ¡Aleluya!” Desde el trono se oyó entonces una voz, que decía: “¡Alabad a nuestro Dios todos vosotros, pequeños y grandes, todos los que le servís y le reverenciáis!” Oí también algo como voces de mucha gente, como el sonido de una cascada y de fuertes truenos. Decían: “¡Aleluya! Ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios todopoderoso. Alegrémonos, llenémonos de gozo y démosle gloria, porque ha llegado el momento de las bodas del Cordero. Su esposa se ha preparado: Dios le ha dado que se vista de lino puro y brillante, porque el lino es la recta conducta del pueblo santo.” El ángel me dijo: “Escribe: ‘Felices los que han sido invitados al banquete de las bodas del Cordero.’ ” Y añadió: “Estas son palabras verdaderas de Dios.” Me arrodillé a los pies del ángel, para adorarlo, pero él me dijo: “No hagas eso. Yo soy siervo de Dios, lo mismo que tú y que tus hermanos que siguen fieles al testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios!” Ese testimonio de Jesús es el que inspira a los profetas. Vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, porque con rectitud gobernaba y hacía la guerra. Sus ojos brillaban como llamas de fuego, llevaba en la cabeza muchas coronas y tenía un nombre escrito que solo él conocía. Iba vestido con ropa teñida de sangre, y su nombre era La Palabra de Dios. Le seguían los ejércitos del cielo, vestidos de lino blanco y puro y montados en caballos blancos. Le salía de la boca una espada aguda, para herir con ella a las naciones. Las gobernará con cetro de hierro, las juzgará como quien pisa la uva en el lagar y les dará a beber el vino de la terrible ira del Dios todopoderoso. En su manto y sobre el muslo llevaba escrito este título: “Rey de reyes y Señor de señores”.
APOCALIPSIS 19:1-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba: «¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, pues sus juicios son verdaderos y justos: ha condenado a la famosa prostituta que con sus adulterios corrompía la tierra; ha vindicado la sangre de los siervos de Dios derramada por ella». Y volvieron a exclamar: «¡Aleluya! El humo de ella sube por los siglos de los siglos». Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dijeron: «¡Amén, Aleluya!» Y del trono salió una voz que decía: «¡Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos, grandes y pequeños, que con reverente temor le sirven!» Después oí voces como el rumor de una inmensa multitud, como el estruendo de una catarata y como el retumbar de potentes truenos, que exclamaban: «¡Aleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso. ¡Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente». (El lino fino representa las acciones justas de los santos). El ángel me dijo: «Escribe: “¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero!”» Y añadió: «Estas son las palabras verdaderas de Dios». Me postré a sus pies para adorarle. Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al testimonio de Jesús. ¡Adora solo a Dios! El testimonio de Jesús es el espíritu que inspira la profecía». Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia dicta sentencia y hace la guerra. Sus ojos resplandecen como llamas de fuego, y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino solo él. Está vestido de un manto teñido en sangre, y su nombre es «el Verbo de Dios». Le siguen los ejércitos del cielo, montados en caballos blancos y vestidos de lino fino, blanco y limpio. De su boca sale una espada afilada, con la que herirá a las naciones. «Las gobernará con puño de hierro». Él mismo exprime uvas en el lagar del furor del castigo que viene de Dios Todopoderoso. En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.