SALMOS 122:1-9
SALMOS 122:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Yo me alegro cuando me dicen: «Vamos a la casa del SEÑOR». ¡Jerusalén, ya nuestros pies se han plantado ante tus portones! ¡Jerusalén, ciudad edificada para que en ella todos se congreguen! A ella suben las tribus, las tribus del SEÑOR, para alabar su nombre conforme a la ordenanza que recibió Israel. Allí están los tribunales de justicia, los tribunales de la dinastía de David. Pidamos por la paz de Jerusalén: «Que vivan en paz los que te aman. Que haya paz dentro de tus murallas, seguridad en tus fortalezas». Y ahora, por mis hermanos y amigos te digo: «¡Deseo que tengas paz!» Por la casa del SEÑOR nuestro Dios procuraré tu bienestar.
SALMOS 122:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Yo me alegré con los que me decían: «¡A la casa del Señor iremos!». Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, Jerusalén. Jerusalén, que ha sido edificada como una ciudad que está bien unida entre sí. Allá subieron las tribus, las tribus del Señor, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre del Señor, porque allá están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David. Pedid por la paz de Jerusalén; ¡sean prosperados los que te aman! ¡Sea la paz dentro de tus muros y el descanso dentro de tus palacios! Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: «¡La paz sea contigo!». Por amor a la casa del Señor, nuestro Dios, buscaré tu bien.
SALMOS 122:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Me alegro cuando me dicen: «Vamos a la casa del Señor». Nuestros pies ya descansan a tus puertas, Jerusalén. Jerusalén, construida como ciudad armoniosamente conjuntada. Allí suben las tribus, las tribus del Señor, para alabar el nombre del Señor, como es norma en Israel. Allí están los tribunales de justicia, los tribunales del palacio de David. Pedid paz para Jerusalén, que tengan paz quienes te aman; que reine la paz entre tus muros, la tranquilidad en tus palacios. Por mis hermanos y amigos diré: «¡Que la paz esté contigo!». Por amor a la casa del Señor nuestro Dios, me desviviré por tu bien.
SALMOS 122:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Yo me alegro cuando me dicen: «Vamos a la casa del SEÑOR». ¡Jerusalén, ya nuestros pies se han plantado ante tus portones! ¡Jerusalén, ciudad edificada para que en ella todos se congreguen! A ella suben las tribus, las tribus del SEÑOR, para alabar su nombre conforme a la ordenanza que recibió Israel. Allí están los tribunales de justicia, los tribunales de la dinastía de David. Pidamos por la paz de Jerusalén: «Que vivan en paz los que te aman. Que haya paz dentro de tus murallas, seguridad en tus fortalezas». Y ahora, por mis hermanos y amigos te digo: «¡Deseo que tengas paz!» Por la casa del SEÑOR nuestro Dios procuraré tu bienestar.