MARCOS 10:2-16
MARCOS 10:2-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
Se acercaron los fariseos y le preguntaron, con intención de tentarle, si estaba permitido al marido repudiar a su mujer. Él les respondió: —¿Qué os mandó Moisés? Ellos dijeron: —Moisés permitió dar carta de divorcio y repudiarla. Les respondió Jesús: —Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; pero al principio de la creación Dios los hizo hombre y mujer. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los que eran dos serán una sola carne; así que ya no son dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios unió, que no lo separe nadie. En casa los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo y les dijo: —Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra comete adulterio contra aquella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro también comete adulterio. Y le presentaban niños para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó y les dijo: —Dejad a los niños venir a mí. No se lo impidáis, porque el reino de Dios es de los que son como ellos. Con certeza os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño no entrará en él. Y Jesús, tomándolos en los brazos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
MARCOS 10:2-16 La Palabra (versión española) (BLP)
En esto se le acercaron unos fariseos y, para tenderle una trampa, le preguntaron si está permitido al marido separarse de su mujer. Jesús les contestó: —¿Qué os mandó Moisés? Ellos dijeron: —Moisés dispuso que el marido levante acta de divorcio cuando vaya a separarse de su mujer. Jesús entonces les dijo: —Moisés escribió esa disposición a causa de la dureza de vuestro corazón; pero Dios, cuando creó al género humano, los hizo hombre y mujer. Por esta razón, dejará el hombre a sus padres, [se unirá a su mujer] y ambos llegarán a ser como una sola persona. De modo que ya no son dos personas, sino una sola. Por tanto, lo que Dios ha unido no deben separarlo los humanos. Cuando volvieron de nuevo a casa, los discípulos preguntaron a Jesús qué había querido decir. Él les contestó: —El que se separa de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si una mujer se separa de su marido y se casa con otro, también comete adulterio. Llevaron unos niños a Jesús para que los bendijese. Los discípulos reñían a quienes los llevaban; pero Jesús, al verlo, se enojó y les dijo: —Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque el reino de Dios es para los que son como ellos. Os aseguro que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y estrechaba a los niños entre sus brazos y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
MARCOS 10:2-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Algunos fariseos se acercaron a Jesús, y para tenderle una trampa le preguntaron si al esposo le está permitido separarse de su esposa. Él les contestó: –¿Qué os mandó Moisés? Dijeron: –Moisés permitió despedir a la esposa entregándole un certificado de separación. Entonces Jesús les dijo: –Moisés os dio ese mandato por lo tercos que sois. Pero en el principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona. Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido. Cuando ya estaban en casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre este asunto. Jesús les dijo: –El que se separa de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si la mujer deja a su esposo y se casa con otro, también comete adulterio. Llevaron unos niños a Jesús, para que los tocara; pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Jesús, viendo esto, se enojó y les dijo: –Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Os aseguro que el que no acepta el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Tomó en sus brazos a los niños y los bendijo poniendo las manos sobre ellos.
MARCOS 10:2-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En eso, unos fariseos se le acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron: ―¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa? ―¿Qué os mandó Moisés? —replicó Jesús. ―Moisés permitió que un hombre escribiera un certificado de divorcio y la despidiera —contestaron ellos. ―Esa ley la escribió Moisés para vosotros por lo obstinados que sois —aclaró Jesús—. Pero al principio de la creación Dios “los hizo hombre y mujer”. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”. Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Vueltos a casa, los discípulos le preguntaron a Jesús sobre este asunto. ―El que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio contra la primera —respondió—. Y, si la mujer se divorcia de su esposo y se casa con otro, comete adulterio. Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Os aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él». Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos.