Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

1 John 2:1-14

1 JUAN 2:1-14 - Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Ahora bien, si alguno peca, tenemos un intercesor ante el Padre: Jesucristo, el justo. Porque Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados; y no solo los nuestros, sino también los del mundo entero. Estamos ciertos de que conocemos a Dios si cumplimos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y está lejos de la verdad. El amor de Dios alcanza su verdadera perfección en aquel que cumple su palabra; así precisamente conocemos que vivimos unidos a Dios, pues quien se precia de vivir unido a él, debe comportarse como se comportó Jesucristo.

Queridos, el mandamiento sobre el que os escribo no es nuevo, sino antiguo, pues lo tenéis desde el principio y es la palabra que escuchasteis. Y, sin embargo, se trata de un mandamiento nuevo, en cuanto que se realiza en Cristo y en vosotros; porque las tinieblas van pasando y ya alumbra la luz verdadera. Si alguien dice que vive en la luz y odia a su hermano, todavía vive en tinieblas. El que ama a su hermano, vive en la luz y no caerá en pecado. Pero quien lo aborrece, vive y camina en tinieblas, sin saber adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

Os escribo, hijos míos, porque [Dios] ha perdonado vuestros pecados en nombre [de Jesús].
Os escribo a vosotros, los mayores, porque conocéis al que existe desde el principio. Os escribo a vosotros, los jóvenes, porque habéis vencido al maligno.
Os escribo, hijos míos, porque conocéis al Padre. Os escribo a vosotros, los mayores, porque permanecéis en el conocimiento del que existe desde el principio. Os escribo a vosotros, los jóvenes, porque sois valientes, permanecéis fieles a la palabra de Dios y habéis vencido al maligno.

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Ahora bien, si alguno peca, tenemos un intercesor ante el Padre: Jesucristo, el justo. Porque Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados; y no solo los nuestros, sino también los del mundo entero. Estamos ciertos de que conocemos a Dios si cumplimos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y está lejos de la verdad. El amor de Dios alcanza su verdadera perfección en aquel que cumple su palabra; así precisamente conocemos que vivimos unidos a Dios, pues quien se precia de vivir unido a él, debe comportarse como se comportó Jesucristo. Queridos, el mandamiento sobre el que os escribo no es nuevo, sino antiguo, pues lo tenéis desde el principio y es la palabra que escuchasteis. Y, sin embargo, se trata de un mandamiento nuevo, en cuanto que se realiza en Cristo y en vosotros; porque las tinieblas van pasando y ya alumbra la luz verdadera. Si alguien dice que vive en la luz y odia a su hermano, todavía vive en tinieblas. El que ama a su hermano, vive en la luz y no caerá en pecado. Pero quien lo aborrece, vive y camina en tinieblas, sin saber adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos. Os escribo, hijos míos, porque [Dios] ha perdonado vuestros pecados en nombre [de Jesús]. Os escribo a vosotros, los mayores, porque conocéis al que existe desde el principio. Os escribo a vosotros, los jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo, hijos míos, porque conocéis al Padre. Os escribo a vosotros, los mayores, porque permanecéis en el conocimiento del que existe desde el principio. Os escribo a vosotros, los jóvenes, porque sois valientes, permanecéis fieles a la palabra de Dios y habéis vencido al maligno.

1 JUAN 2:1-14

1 John 2:1-14