ZACARÍAS 7:12-14
ZACARÍAS 7:12-14 Reina Valera 2020 (RV2020)
endurecieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que el Señor de los ejércitos enviaba por su espíritu, por medio de los primeros profetas. Por tanto, el Señor de los ejércitos se enojó mucho. «Y aconteció que, así como él clamó y no escucharon, también ellos clamaron y yo no escuché, dice el Señor de los ejércitos, sino que los esparcí como con un torbellino por todas las naciones que ellos no conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuera ni viniera; pues convirtieron en desierto la tierra deseable».
ZACARÍAS 7:12-14 La Palabra (versión española) (BLP)
Endurecieron como un diamante su corazón para no prestar oído a la ley ni a las palabras que el Señor del universo les dirigía inspirando a los antiguos profetas. A causa de ello el Señor del universo se enojó sobremanera. Y así como el Señor llamó y ellos no escucharon, así yo —dice el Señor del universo— tampoco los escuché cuando me invocaron, sino que los dispersé entre naciones que no conocían. La tierra quedó asolada cuando ellos la abandonaron y nadie pasaba por allí. Así es como convirtieron en desierto un país tan espléndido.
ZACARÍAS 7:12-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Endurecieron su corazón como el diamante, para no escuchar la enseñanza y los mandatos que el Señor todopoderoso comunicó por su espíritu, por medio de los antiguos profetas. Por eso, el Señor se enojó mucho y dijo: “Así como ellos no quisieron escucharme cuando yo los llamaba, tampoco yo los escucharé cuando me invoquen. Por eso los dispersé como por un torbellino entre todas esas naciones que ellos no conocían, y tras ellos quedó el país convertido en un desierto donde nadie podía vivir. ¡Un país tan hermoso, y ellos lo convirtieron en desolación!”
ZACARÍAS 7:12-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Para no oír las instrucciones ni las palabras que por medio de los antiguos profetas el SEÑOR Todopoderoso había enviado con su Espíritu, endurecieron su corazón como el diamante. Por lo tanto, el SEÑOR Todopoderoso se llenó de ira. “Como no me escucharon cuando los llamé, tampoco yo los escucharé cuando ellos me llamen —dice el SEÑOR Todopoderoso—. Como con un torbellino, los dispersé entre todas las naciones que no conocían. La tierra que dejaron quedó tan desolada que nadie siquiera pasaba por ella. Fue así como convirtieron en desolación la tierra que antes era una delicia”».