ZACARÍAS 11:1-6
ZACARÍAS 11:1-6 Reina Valera 2020 (RV2020)
¡Líbano, abre tus puertas, y que el fuego consuma tus cedros! Aúlla, ciprés, porque el cedro ha caído, porque los árboles magníficos son derribados. Aullad, encinas de Basán, porque el bosque espeso es derribado. Voz de aullido de pastores, porque su magnificencia es asolada; estruendo de rugidos de cachorros de leones, porque la gloria del Jordán es destruida. Así ha dicho el Señor, mi Dios: —Apacienta las ovejas destinadas a la matanza, a las que matan sus compradores sin sentirse culpables; y el que las vende dice: «Bendito sea el Señor, porque me he enriquecido». Ni aún sus pastores tienen piedad de ellas. Por tanto, no tendré ya más piedad de los habitantes de la tierra, dice el Señor. Entregaré a los hombres, a cada uno en manos de su compañero y en manos de su rey. Ellos asolarán la tierra y yo no los libraré de sus manos.
ZACARÍAS 11:1-6 La Palabra (versión española) (BLP)
Abre, Líbano, tus puertas y que el fuego devore tus cedros. Gime, ciprés, de dolor, porque ha caído el cedro y han sido abatidos los poderosos. Lamentaos, encinas de Basán, porque han talado el bosque impenetrable. Oíd el lamento de los pastores porque ha sido arrancado el esplendor de sus praderas; Escuchad cómo rugen los cachorros de león porque ha sido asolada la espesura del Jordán. Así dice el Señor, mi Dios: —Apacienta estas ovejas destinadas al matadero, las que degüellan impunemente sus compradores mientras dice el que las vende: «Bendito sea el Señor que me ha hecho rico». Ni sus propios pastores se compadecen de ellas. Pues bien, tampoco yo tendré compasión de los que habitan esta tierra —oráculo del Señor—; voy a entregar a todos y cada uno a merced de sus vecinos y de sus reyes que devastarán el país sin que yo los libre de sus manos.
ZACARÍAS 11:1-6 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¡Abre, Líbano, tus puertas, y que el fuego consuma tus cedros! ¡Llora, oh pino, porque cayó el cedro, porque aquellos árboles hermosos han quedado destruidos! ¡Gemid, encinas de Basán, porque el bosque espeso ha sido derribado! Lloran a gritos los pastores, porque la hermosura de los pastos ha quedado destruida. Se oye el rugido del león, porque la espesura del Jordán ha quedado destruida. Esto me dijo el Señor mi Dios: “Cuida las ovejas destinadas al matadero. Los compradores las matan sin sentirse culpables, y los vendedores dicen: ‘¡Gracias al Señor, ya soy rico!’ Ni siquiera sus propios pastores tienen compasión de ellas. Pues, del mismo modo, tampoco yo volveré a tener compasión de la gente que vive en este país, sino que voy a entregar a cada uno en manos de su prójimo y en manos de su rey. Estos destruirán el país, y yo no salvaré de sus manos a nadie. Yo, el Señor, lo afirmo.”
ZACARÍAS 11:1-6 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¡Abre tus puertas, monte Líbano, para que el fuego devore tus cedros! ¡Gime tú, ciprés, porque los cedros se han caído y los majestuosos árboles se han derrumbado! ¡Gemid, robles de Basán! ¡Los tupidos bosques han sido derribados! Escuchad el gemido de los pastores; ¡sus ricos pastizales han sido destruidos! Escuchad el rugido de los leones; ¡la espesura del Jordán ha quedado devastada! Así dice el SEÑOR mi Dios: «Cuida de las ovejas destinadas al matadero. Quienes las compran las matan impunemente, y quienes las venden dicen: “¡Bendito sea el SEÑOR, porque me he enriquecido!” Ni sus propios pastores se compadecen de ellas. Pero ya no tendré piedad de los que habitan este país —afirma el SEÑOR—, sino que los entregaré en manos de su prójimo y de su rey. Aunque devasten el país, no los rescataré de sus manos».