ROMANOS 12:9-18
ROMANOS 12:9-18 La Palabra (versión española) (BLP)
No hagáis de vuestro amor una comedia. Aborreced el mal y abrazad el bien. Amaos de corazón unos a otros como hermanos y que cada uno aprecie a los otros más que a sí mismo. Si se trata de esforzaros, no seáis perezosos; manteneos espiritualmente fervientes y prontos para el servicio del Señor. Vivid alegres por la esperanza, animosos en la tribulación y constantes en la oración. Solidarizaos con las necesidades de los creyentes; practicad la hospitalidad; bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis. Alegraos con los que están alegres y llorad con los que lloran. Vivid en plena armonía unos con otros. No ambicionéis grandezas, antes bien poneos al nivel de los humildes. Y no presumáis de inteligentes. A nadie devolváis mal por mal. Esforzaos en hacer el bien ante cualquiera. En cuanto de vosotros dependa, haced lo posible por vivir en paz con todo el mundo.
ROMANOS 12:9-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Amaos con toda sinceridad. Aborreced lo malo y seguid lo bueno. Amaos como hermanos los unos a los otros, dándoos mutuamente preferencia y respeto. Esforzaos, no seáis perezosos y servid al Señor con corazón ferviente. Vivid alegres por la esperanza que tenéis; soportad con valor los sufrimientos; no dejéis nunca de orar. Ayudad en sus necesidades a los que pertenecen al pueblo santo; recibid bien a los que os visitan. Bendecid a los que os persiguen; bendecidlos y no los maldigáis. Alegraos con los que están alegres y llorad con los que lloran. Vivid en armonía unos con otros. No seáis orgullosos, sino poneos al nivel de los humildes. No os tengáis por sabios. No paguéis a nadie mal por mal. Procurad hacer lo bueno delante de todos. Hasta donde dependa de vosotros, haced lo posible por vivir en paz con todos.
ROMANOS 12:9-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El amor debe ser sincero. Aborreced el mal; aferraos al bien. Amaos los unos a los otros con amor fraternal, respetándoos y honrándoos mutuamente. Nunca dejéis de ser diligentes; antes bien, servid al Señor con el fervor que da el Espíritu. Alegraos en la esperanza, mostrad paciencia en el sufrimiento, perseverad en la oración. Ayudad a los hermanos necesitados. Practicad la hospitalidad. Bendecid a quienes os persigan; bendecid y no maldigáis. Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran. Vivid en armonía los unos con los otros. No seáis arrogantes, sino haceos solidarios con los humildes. No os creáis que sois los únicos que sabéis. No paguéis a nadie mal por mal. Procurad hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de vosotros, vivid en paz con todos.