ROMANOS 1:13-16
ROMANOS 1:13-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
No quiero que ignoréis, hermanos, que en muchas ocasiones me he propuesto ir a visitaros para tener también entre vosotros algún fruto, como lo he tenido entre los demás gentiles, pero hasta ahora he encontrado obstáculos. Tanto a griegos como a no griegos, a sabios como a no sabios soy deudor. Así que, en lo que a mí respecta, estoy deseoso de anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma. Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree: en primer lugar para los judíos y también para los griegos.
ROMANOS 1:13-16 La Palabra (versión española) (BLP)
No quiero que ignoréis, hermanos, las muchas veces que he intentado visitaros, sin éxito hasta el momento. Abrigaba la ilusión de cosechar también entre vosotros algún fruto, lo mismo que en otras regiones paganas, ya que me debo por igual a civilizados y a no civilizados, a sabios y a ignorantes. Así que, en cuanto de mí depende, estoy enteramente dispuesto a proclamar el evangelio también entre vosotros, los que residís en Roma. No me avergüenzo del evangelio, porque es poder salvador de Dios para todo creyente, tanto si es judío como si no lo es.
ROMANOS 1:13-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Quiero que sepáis, hermanos, que muchas veces me he propuesto ir a veros, pero hasta ahora siempre se me han presentado obstáculos. Mi deseo es recoger alguna cosecha espiritual entre vosotros, como la he recogido entre las otras naciones. Me siento en deuda con todos, sean cultos o incultos, sabios o ignorantes; por eso estoy tan ansioso de anunciaros el evangelio también a vosotros, que vivís en Roma. No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para que todos los que creen alcancen la salvación, los judíos en primer lugar, pero también los que no lo son.
ROMANOS 1:13-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Quiero que sepáis, hermanos, que, aunque hasta ahora no he podido visitaros, muchas veces me he propuesto hacerlo, para recoger algún fruto entre vosotros, tal como lo he recogido entre las otras naciones. Estoy en deuda con todos, sean cultos o incultos, instruidos o ignorantes. De ahí mi gran anhelo de predicaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma. Verdaderamente, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles.