SALMOS 48:1-8
SALMOS 48:1-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo. ¡Altura hermosa, que alegra la tierra entera, es el monte de Sion, a los lados del norte! ¡La ciudad del gran Rey! En sus palacios Dios es conocido por refugio. Ciertamente, los reyes de la tierra se reunieron; pasaron todos. Y al verla ellos así, se maravillaron, se turbaron, se apresuraron a huir. Allí mismo les sobrevino gran temblor; dolor como de mujer que da a luz. Con viento solano quiebras tú las naves de Tarsis. Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios. ¡La afirmará Dios para siempre! Selah
SALMOS 48:1-8 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor es grande y digno de toda alabanza; en la ciudad de nuestro Dios está su santo monte, la hermosa colina que alegra la tierra entera; el monte Sion es el confín del norte, es la ciudad del gran rey. Dios está en sus palacios, se muestra como un baluarte. Se habían aliado los reyes y avanzaban todos juntos, pero al verla enmudecieron y, aterrados, huyeron presurosos. Los invadió un temblor cual dolor de parturienta, como cuando el viento del este destroza las naves de Tarsis. Lo que oímos lo hemos visto en la ciudad del Señor del universo, en la ciudad de nuestro Dios. ¡Que Dios la afiance para siempre! [Pausa]
SALMOS 48:1-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Grande es el SEÑOR, y digno de suprema alabanza en la ciudad de nuestro Dios. Su monte santo, bella colina, es la alegría de toda la tierra. El monte Sión, en la parte norte, es la ciudad del gran Rey. En las fortificaciones de Sión Dios se ha dado a conocer como refugio seguro. Hubo reyes que unieron sus fuerzas y que juntos avanzaron contra la ciudad; pero al verla quedaron pasmados, y asustados emprendieron la retirada. Allí el miedo se apoderó de ellos, y un dolor de parturienta les sobrevino. ¡Con un viento huracanado destruiste las naves de Tarsis! Tal como lo habíamos oído, ahora lo hemos visto en la ciudad del SEÑOR Todopoderoso, en la ciudad de nuestro Dios: ¡Él la hará permanecer para siempre! Selah