SALMOS 107:23-31
SALMOS 107:23-31 Reina Valera 2020 (RV2020)
Los que descienden al mar en naves y hacen negocio en las muchas aguas, ellos han visto las obras del Señor y sus maravillas en las profundidades, porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso que encrespó sus olas. Subían a los cielos, descendían a los abismos; sus almas se desalentaron ante el peligro. Temblaban y titubeaban como ebrios, y toda su pericia era inútil. Entonces clamaron al Señor en su angustia, y él los libró de sus aflicciones. Cambió la tempestad en sosiego y se apaciguaron sus olas. Luego se alegraron, porque se apaciguaron, y así los llevó al puerto que deseaban. ¡Alaben la misericordia del Señor y sus maravillas para con los hijos de los hombres!
SALMOS 107:23-31 La Palabra (versión española) (BLP)
Los que surcan el mar en naves, comerciando por aguas caudalosas, han visto las obras del Señor, sus maravillas en el mar profundo. Pues habló y se alzó un viento huracanado que hizo encresparse a las olas. Subían hasta el mismo cielo, hasta el abismo bajaban, desfallecidos por el terror; rodaban, daban tumbos cual borracho, y era inútil su destreza. Pero en su angustia gritaron al Señor y él los salvó de sus penurias. Hizo que la tormenta amainara, que enmudecieran las olas. Se alegraron al verlas en calma y Dios los condujo al puerto añorado. ¡Que alaben al Señor por su amor, por sus maravillas con el ser humano!
SALMOS 107:23-31 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Se hicieron a la mar en sus barcos; para comerciar surcaron las muchas aguas. Allí, en las aguas profundas, vieron las obras del SEÑOR y sus maravillas. Habló Dios, y se desató un fuerte viento que tanto encrespó las olas que subían a los cielos y bajaban al abismo. Ante el peligro, ellos perdieron el coraje. Como ebrios tropezaban, se tambaleaban; de nada les valía toda su pericia. En su angustia clamaron al SEÑOR, y él los sacó de su aflicción. Cambió la tempestad en suave brisa: se sosegaron las olas del mar. Ante esa calma se alegraron, y Dios los llevó al puerto anhelado. ¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres!