MARCOS 5:24-28
MARCOS 5:24-28 Reina Valera 2020 (RV2020)
Jesús fue con él. Gran multitud le seguía, constriñéndole. Entre la gente estaba una mujer que desde hacía doce años padecía hemorragias. Había sufrido mucho en manos de innumerables médicos, se había gastado en ellos todo lo que tenía sin provecho alguno, incluso empeoraba. Como había oído hablar de Jesús, se abrió paso entre la multitud y se acercó a él por detrás para tocar su manto, porque se decía a sí misma: «Si logro tocar tan solo su manto, me sanaré».
MARCOS 5:24-28 La Palabra (versión española) (BLP)
Jesús fue con él. Iba también una gran multitud, que seguía a Jesús y casi lo aplastaba. Entre la gente se encontraba una mujer que desde hacía doce años padecía hemorragias. Había sufrido mucho a manos de muchos médicos y había gastado en ellos toda su fortuna, sin conseguir nada, sino ir de mal en peor. Aquella mujer había oído hablar de Jesús y, confundiéndose entre la gente, llegó hasta él y por detrás le tocó el manto, diciéndose a sí misma: «Solo con que toque su manto, me curaré».
MARCOS 5:24-28 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Jesús fue con él, y mucha gente le acompañaba apretujándose a su alrededor. Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con hemorragias. Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado cuanto tenía sin que le hubiera servido de nada. Al contrario, iba de mal en peor. Esta mujer, al saber lo que se decía de Jesús, se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó la capa. Porque pensaba: “Tan sólo con que toque su capa, quedaré sana.”
MARCOS 5:24-28 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Jesús se fue con él, y lo seguía una gran multitud, que lo apretujaba. Había entre la gente una mujer que hacía doce años que padecía de hemorragias. Había sufrido mucho a manos de varios médicos, y se había gastado todo lo que tenía sin que le hubiera servido de nada, pues, en vez de mejorar, iba de mal en peor. Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pensaba: «Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana».