MATEO 6:7-21
MATEO 6:7-21 Reina Valera 2020 (RV2020)
Y al orar no utilicéis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán escuchados. No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes de que vosotros se las pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén. Por tanto, si perdonáis a los demás sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los demás sus ofensas, tampoco vuestro Padre os las perdonará a vosotros. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran sus rostros para mostrar a la gente que ayunan. Os aseguro que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a nadie que ayunas, sino a tu Padre, que está allá, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público. No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen y donde los ladrones entran y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido destruyen y donde los ladrones no entran ni hurtan, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
MATEO 6:7-21 La Palabra (versión española) (BLP)
Y al orar, no os pongáis a repetir palabras y palabras; eso es lo que hacen los paganos imaginando que Dios los va a escuchar porque alargan su oración. No seáis iguales a ellos, pues vuestro Padre sabe de qué tenéis necesidad aun antes que le pidáis nada. Vosotros debéis orar así: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra lo mismo que se hace en el cielo. Danos hoy el pan que necesitamos. Perdónanos el mal que hacemos, como también nosotros perdonamos a quienes nos hacen mal. No nos dejes caer en tentación, y líbranos del maligno. Porque, si vosotros perdonáis a los demás el mal que os hayan hecho, también os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial. Pero, si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestros pecados. Cuando ayunéis, no andéis por ahí con cara triste, como hacen los hipócritas, que ponen gesto de lástima para que todos se enteren de que están ayunando. Os aseguro que ya han recibido su recompensa. Tú, por el contrario, cuando quieras ayunar, lávate la cara y perfuma tus cabellos, para que nadie se entere de que ayunas, excepto tu Padre que ve hasta lo más secreto. Y tu Padre, que ve hasta lo más secreto, te recompensará. No acumuléis riquezas en este mundo pues las riquezas de este mundo se apolillan y se echan a perder; además, los ladrones perforan las paredes y las roban. Acumulad, más bien, riquezas en el cielo, donde no se apolillan ni se echan a perder y donde no hay ladrones que entren a robarlas. Pues donde tengas tus riquezas, allí tendrás también el corazón.
MATEO 6:7-21 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“Y al orar no repitas palabras inútilmente, como hacen los paganos, que se imaginan que por su mucha palabrería Dios les hará más caso. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis aun antes de habérselo pedido. Vosotros debéis orar así: ‘Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra así como se hace en el cielo. Danos hoy el pan que necesitamos. Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos han ofendido. Y no nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno.’ “Porque si vosotros perdonáis a los demás el mal que os hayan hecho, vuestro Padre que está en el cielo os perdonará también a vosotros; pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará el mal que vosotros hacéis. “Cuando ayunéis, no pongáis el gesto compungido, como los hipócritas, que aparentan aflicción para que la gente vea que están ayunando. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no advierta que estás ayunando. Solamente lo sabrá tu Padre, que está a solas contigo, y él te dará tu recompensa. “No acumuléis riquezas en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Acumulad más bien vuestras riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye, ni las cosas se echan a perder, ni los ladrones entran a robar. Porque donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón.
MATEO 6:7-21 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Y al orar, no habléis solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo necesitáis antes de que se lo pidáis. »Vosotros, pues, orad así: »“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”. »Porque, si perdonáis a otros sus ofensas, también os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial. Pero, si no perdonáis a otros sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará a vosotros las vuestras. »Cuando ayunéis, no pongáis cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Os aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino solo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. »No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.