MATEO 21:1-12
MATEO 21:1-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando próximos a Jerusalén, llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús dijo a dos discípulos: —Id a la aldea que está enfrente de vosotros y en seguida hallaréis una asna atada y un pollino con ella. Desatadla, y traédmelos. Y si alguien os dice algo, respondedle: «El Señor los necesita, pero luego los devolverá». Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Decid a la hija de Sion: Mira que tu Rey viene a ti, manso y sentado sobre un asno, sobre un pollino, hijo de animal de carga . Entonces los discípulos fueron e hicieron como Jesús les había mandado. Trajeron el asna y el pollino, pusieron sobre ellos sus mantos y él se sentó encima. Una gran multitud desplegaba sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían a su paso. Y la gente que iba delante y la que iba detrás le aclamaba diciendo: —¡Hosana al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas! Cuando Jesús entró en Jerusalén, hubo gran agitación en la ciudad. Unos preguntaban: —¿Quién es este? Y otros respondían: —Este es Jesús el profeta, el de Nazaret de Galilea. Entró Jesús en el templo de Dios y echó fuera a todos los que vendían y compraban allí, volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas
MATEO 21:1-12 La Palabra (versión española) (BLP)
Cerca ya de Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos con este encargo: —Id a la aldea que está ahí enfrente, y enseguida encontraréis una borrica atada, y a su lado un pollino. Desatadlos y traédmelos. Y si alguien os pregunta algo, decidle que el Señor los necesita y que enseguida los devolverá. Esto sucedió en cumplimiento de lo dicho por medio del profeta: Decid a Jerusalén, la ciudad de Sion: Mira, tu Rey viene a ti lleno de humildad, montado en un asno, en un pollino, hijo de animal de carga. Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado. Le llevaron la borrica y el pollino, pusieron sobre ellos sus mantos, y Jesús montó encima. Un gran gentío alfombraba con sus mantos el camino, mientras otros cortaban ramas de los árboles y las tendían al paso de Jesús. Y los que iban delante y los que iban detrás gritaban: —¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Gloria al Dios Altísimo! Cuando Jesús entró en Jerusalén, hubo gran agitación en la ciudad. Unos a otros se preguntaban: —¿Quién es este? Y la gente decía: —Este es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea. Jesús entró en el Templo y expulsó a todos los que allí estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los cambistas de monedas y los puestos de los vendedores de palomas
MATEO 21:1-12 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cerca ya de Jerusalén, cuando llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos diciéndoles: –Id a esa aldea y encontraréis una asna atada y un borriquillo con ella. Desatadla y traédmelos. Si alguien os dice algo, respondedle que el Señor los necesita y que en seguida los devolverá. Esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el profeta: “Decid a la ciudad de Sión: ‘Mira, tu Rey viene a ti, humilde, montado en un asno, en un borriquillo, cría de una bestia de carga.’ ” Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado. Llevaron el asna y el borriquillo, los cubrieron con unas capas y Jesús montó. Había mucha gente, y unos tendían sus capas por el camino y otros tendían ramas que cortaban de los árboles. Y los que iban delante y los que iban detrás gritaban: –¡Hosana al Hijo del rey David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas! Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó. Muchos preguntaban: –¿Quién es este? Y la gente contestaba: –Es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea. Jesús entró en el templo y expulsó a todos los que allí estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas.
MATEO 21:1-12 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagué, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos con este encargo: «Id a la aldea que tenéis enfrente, y ahí mismo encontraréis una burra atada, y un burrito con ella. Desatadlos y traédmelos. Si alguien os comenta algo, respondedle que el Señor los necesita, pero que ya los devolverá». Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta: «Decid a la hija de Sión: “Mira, tu rey viene hacia ti, humilde y montado en un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga”». Los discípulos fueron e hicieron como les había mandado Jesús. Llevaron la burra y el burrito, y pusieron encima sus mantos, sobre los cuales se sentó Jesús. Había mucha gente que tendía sus mantos sobre el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las esparcían en el camino. Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás gritaba: ―¡Hosanna al Hijo de David! ―¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ―¡Hosanna en las alturas! Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. ―¿Quién es este? —preguntaban. ―Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea —contestaba la gente. Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas.