MALAQUÍAS 1:6-9
MALAQUÍAS 1:6-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
El hijo honra al padre y el siervo a su señor. Si, pues, yo soy padre, ¿dónde está mi honra?; y si soy señor, ¿dónde está mi temor?, dice el Señor de los ejércitos a vosotros, sacerdotes, que menospreciáis mi nombre y decís: «¿En qué hemos menospreciado tu nombre?». En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y todavía decís: «¿En qué te hemos deshonrado?». En que pensáis que la mesa del Señor es despreciable. Cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿acaso no es malo? Asimismo, cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿acaso no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso le serás grato o te acogerá benévolo?, dice el Señor de los ejércitos. Ahora, pues, suplicad el favor de Dios, para que se apiade de nosotros. Pero, ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas?, dice el Señor de los ejércitos.
MALAQUÍAS 1:6-9 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor del universo os dice a vosotros, sacerdotes, que menospreciáis su nombre: El hijo honra al padre y el siervo a su señor. Si, pues, yo soy padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy Señor, ¿dónde está la reverencia que se me debe? Vosotros le respondéis: «¿En qué forma menospreciamos tu nombre?». Pues en que ofrecéis sobre mi altar alimentos impuros. Pero volvéis a preguntar: «¿En qué te hemos mancillado?». Lo hacéis al considerar que la mesa del Señor puede ser menospreciada. Cuando ofrecéis animales ciegos para el sacrificio, ¿no pensáis que está mal? Y cuando ofrecéis animales lisiados o enfermos, ¿no pensáis que está mal? Andad, ofrecédselo a vuestro gobernador, ¿creéis que le agradaréis y que os acogerá favorablemente? —dice el Señor del universo—. Así pues, suplicad el favor de Dios para que se apiade de nosotros. Porque si esto es lo que ofrecéis, ¿creéis que os acogerá favorablemente? —dice el Señor del universo—.
MALAQUÍAS 1:6-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El Señor todopoderoso dice a los sacerdotes: “Los hijos honran a sus padres y los criados respetan a sus amos. Pues si yo soy vuestro Padre, ¿por qué no me honráis? Si soy vuestro Amo, ¿por qué no me respetáis? Vosotros me despreciáis, y todavía decís: ‘¿En qué te hemos despreciado?’ Traéis a mi altar pan indigno, y todavía preguntáis: ‘¿En qué te ofendemos?’ Vosotros me ofendéis cuando pensáis que mi altar puede ser despreciado y que no hay nada malo en ofrecerme animales ciegos, cojos o enfermos.” ¡Id, pues, y llevádselos a vuestros gobernantes! ¡Ved si ellos os aceptan con gusto el regalo! Ahora pues, pedidle a Dios que tenga compasión de vosotros. Pero si le hacéis esa clase de ofrendas, no esperéis que Dios os acepte con gusto. El Señor todopoderoso dice
MALAQUÍAS 1:6-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»El hijo honra a su padre y el siervo, a su señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y, si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el SEÑOR Todopoderoso, os pregunto a vosotros, sacerdotes que despreciáis mi nombre. »Y encima preguntáis: “¿En qué hemos despreciado tu nombre?” »Pues en que traéis a mi altar alimento mancillado. »Y todavía preguntáis: “¿En qué te hemos mancillado?” »Pues en que tenéis la mesa del SEÑOR como algo despreciable. Traéis animales ciegos para el sacrificio, y pensáis que no tiene nada de malo; sacrificáis animales cojos o enfermos, y pensáis que no tiene nada de malo. ¿Por qué no tratáis de ofrecérselos a vuestro gobernante? ¿Creéis que él estaría contento con vosotros? ¿Os ganaríais su favor? —dice el SEÑOR Todopoderoso—. »Ahora pues, tratad de apaciguar a Dios para que se apiade de nosotros. ¿Creéis que con esta clase de ofrendas os vais a ganar su favor? —dice el SEÑOR Todopoderoso—.