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JUDAS 1:8-16

JUDAS 1:8-16 Reina Valera 2020 (RV2020)

A pesar de todo, esos soñadores se comportan de la misma manera, pues contaminan sus cuerpos, rechazan la autoridad y hablan mal de los poderes superiores. Pero ni siquiera el arcángel Miguel cuando luchaba con el diablo y le disputaba el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar contra él juicio de maldición, sino que dijo: «Que el Señor te reprenda». Pero estos hablan mal de cuantas cosas no conocen; y en las que por instinto conocen, se corrompen como animales irracionales. ¡Ay de ellos!, porque han seguido el camino de Caín. Por amor al dinero cayeron en el error de Balaam y perecieron en la rebelión de Coré. Estos individuos son una mancha en vuestras reuniones fraternales, pues al comer con vosotros lo hacen sin el más mínimo sentido de vergüenza y pensando solo en sí mismos. Son nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales que no dan fruto, dos veces muertos y desarraigados. Son olas violentas del mar, que espuman su propia desvergüenza; estrellas errantes, para quienes está reservada eternamente la más densa oscuridad. Acerca de estos también profetizó Enoc, que fue el séptimo patriarca después de Adán, cuando dijo: «¡Mirad!, el Señor viene con sus miríadas de santos, para hacer juicio contra todos y condenar a todos los impíos por todas sus malas obras que infielmente han cometido, y por todas las palabras duras que los pecadores infieles han hablado contra él». Estos individuos son murmuradores, se quejan por todo y solo buscan satisfacer sus propios deseos; hablan con arrogancia y también adulan a los demás para sacar provecho.

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JUDAS 1:8-16 La Palabra (versión española) (BLP)

Pues, a pesar de todo, esos visionarios se comportan de modo semejante: profanan su cuerpo, rechazan la autoridad del Señor e injurian a los seres gloriosos. Distinto fue el proceder del arcángel Miguel cuando disputaba al diablo el cuerpo de Moisés. Ni siquiera se atrevió a lanzarle una acusación injuriosa; simplemente dijo: «Que el Señor te reprenda». Estos, por el contrario, ultrajan lo que desconocen; y lo que conocen, a la manera instintiva de las bestias irracionales, no les sirve más que para la ruina. ¡Ay de ellos! Han seguido las huellas de Caín, se entregaron por dinero al extravío de Balaán y sucumbieron en la rebelión de Coré. ¡Ahí los tenéis! Son los que contaminan vuestras reuniones fraternales banqueteando desvergonzadamente y campando a sus anchas. Son nubes sin agua arrastradas por el viento; árboles en otoño, pero sin fruto, definitivamente secos, arrancados de raíz. Son olas de un mar embravecido, que arroja la espuma de sus propias desvergüenzas; estrellas fugaces, cuyo eterno destino es la tiniebla sin fondo. A ellos se refería Enoc, el séptimo patriarca después de Adán, cuando profetizó: «Mirad cómo viene el Señor con sus innumerables ángeles para juzgar a todos y desenmascarar a los malvados por todas las acciones criminales que han cometido, para tapar la boca a los impíos que han hablado contra él con insolencia». ¡Ahí los tenéis! Murmuradores, descontentos, libertinos, insolentes, aduladores y materialistas.

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JUDAS 1:8-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

A pesar de ello, también esos hombres, que viven soñando, contaminan su cuerpo, rechazan la autoridad del Señor e insultan a los poderes superiores. El mismo arcángel Miguel, cuando luchaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a condenarle con insultos, sino que solamente dijo: “¡Que el Señor te reprenda!” Éstos, por el contrario, hablan mal de cosas que no conocen; y en cuanto a las que conocen por instinto, como conocen los animales que no razonan, las usan para su propia condenación. ¡Ay de ellos, porque han seguido el ejemplo de Caín! Por ganar dinero, se han desviado, como Balaam; y como Coré, mueren por su rebeldía. Son una vergüenza en vuestras fiestas de amor fraternal, en las que comen y beben alegremente, sin mostrar respeto alguno. Son pastores que solamente se cuidan a sí mismos. Son nubes sin agua, llevadas por el viento. Son árboles que no dan fruto a su tiempo, definitivamente muertos y arrancados de raíz. Son furiosas olas del mar, que arrojan como espuma sus acciones vergonzosas. Son estrellas que han perdido el rumbo y están condenadas a pasar la eternidad en la más negra oscuridad. También Henoc, el séptimo después de Adán, habló proféticamente cuando dijo acerca de esa gente: “Vi al Señor, que venía con miles y miles de sus ángeles a juzgar a todos y a condenar a todos los malvados, por todos los crímenes que cometieron en su maldad y por todas las palabras insolentes que como malvados pecadores dijeron contra él.” De todo se quejan, todo lo critican y solo buscan satisfacer sus propios deseos. Hablan con jactancia y adulan a los demás para aprovecharse de ellos.

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JUDAS 1:8-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

De la misma manera estos individuos, llevados por sus delirios, contaminan su cuerpo, desprecian la autoridad y maldicen a los seres celestiales. Ni siquiera el arcángel Miguel, cuando argumentaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición, sino que dijo: «¡Que el Señor te reprenda!» Estos, en cambio, maldicen todo lo que no entienden; y, como animales irracionales, lo que entienden por instinto es precisamente lo que los corrompe. ¡Ay de los que siguieron el camino de Caín! Por ganar dinero se entregaron al error de Balán y perecieron en la rebelión de Coré. Estos individuos son un peligro oculto: sin ningún respeto convierten en parrandas las fiestas de amor fraternal que celebráis. Buscan solo su propio provecho. Son nubes sin agua, llevadas por el viento. Son árboles que no dan fruto cuando debieran darlo; están doblemente muertos, arrancados de raíz. Son violentas olas del mar, que arrojan la espuma de sus actos vergonzosos. Son estrellas fugaces, para quienes está reservada eternamente la más densa oscuridad. También Enoc, el séptimo patriarca a partir de Adán, profetizó acerca de ellos: «Mirad, el Señor viene con millares y millares de sus ángeles para someter a juicio a todos y para reprender a todos los pecadores impíos por todas las malas obras que han cometido, y por todas las injurias que han proferido contra él». Estos individuos son refunfuñadores y criticones; se dejan llevar por sus propias pasiones; hablan con arrogancia y adulan a los demás para sacar ventaja.

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