JEREMÍAS 18:2-6
JEREMÍAS 18:2-6 Reina Valera 2020 (RV2020)
—Levántate y desciende a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Descendí a casa del alfarero, y hallé que él estaba trabajando en el torno. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en sus manos, pero él volvió a hacer otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces, vino a mí palabra del Señor: —¿No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de Israel?, dice el Señor. Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos, casa de Israel.
JEREMÍAS 18:2-6 La Palabra (versión española) (BLP)
—Anda, baja a la casa del alfarero, que allí te transmitiré mis palabras. Bajé a la casa del alfarero en el momento en que estaba trabajando en el torno. Cuando le salía mal la vasija de barro que estaba torneando, se ponía a hacer otra, tal como a él le parecía. Me llegó entonces la palabra del Señor en estos términos: —¿No puedo yo trataros igual que este alfarero, pueblo de Israel? Pues lo mismo que el barro en manos del alfarero, también vosotros estáis en mi mano, pueblo de Israel.
JEREMÍAS 18:2-6 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“Baja a la casa del alfarero y allí te comunicaré un mensaje.” Yo, Jeremías, bajé y encontré al alfarero trabajando el barro en el torno. Cuando la vasija que estaba haciendo le salía mal, volvía a hacer otra con el mismo barro, hasta que quedaba como él quería. Entonces el Señor me dijo: “¿Acaso no puedo hacer yo con vosotros, israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro? Vosotros sois en mis manos como el barro en las manos del alfarero. Yo, el Señor, lo afirmo.
JEREMÍAS 18:2-6 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
«Baja ahora mismo a la casa del alfarero, y allí te comunicaré mi mensaje». Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno. Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien. En ese momento, la palabra del SEÑOR vino a mí, y me dijo: «Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer con vosotros lo mismo que hace este alfarero con el barro? —afirma el SEÑOR—. Vosotros, pueblo de Israel, sois en mis manos como el barro en las manos del alfarero.