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JUECES 1:23-31

JUECES 1:23-31 La Palabra (versión española) (BLP)

Los de la casa de José hicieron un reconocimiento previo por los alrededores de Betel (que antes se llamaba Luz). Los espías vieron a un hombre que salía de la ciudad y le dijeron: —Indícanos por dónde se entra en la ciudad y tendremos compasión de ti. Él les indicó la entrada de la ciudad. Los israelitas pasaron a cuchillo a sus habitantes, pero dejaron libre a aquel hombre con toda su familia. El hombre marchó al país de los hititas y edificó allí una ciudad a la que llamó Luz. Es el nombre que tiene hasta la fecha. Manasés no pudo apoderarse de Bet Seán con sus aldeas, ni de Tanac con sus aldeas. No pudo expulsar a los habitantes de Dor con sus aldeas, ni a los de Jibleán con sus aldeas, ni a los de Meguido con sus aldeas; así que los cananeos siguieron ocupando la región. Pero cuando Israel cobró más fuerza, sometió a los cananeos a trabajos forzados, aunque no llegó a expulsarlos. Tampoco Efraín pudo expulsar a los cananeos que habitaban en Guécer, con lo que los cananeos siguieron viviendo en Guécer, en medio de Efraín. Y lo mismo le sucedió a Zabulón: no pudo expulsar a los habitantes de Quitrón, ni a los de Nahalol; así que los cananeos se quedaron en medio de Zabulón, aunque sometidos a trabajos forzados. Tampoco Aser pudo expulsar a los habitantes de Aco, ni a los de Sidón, ni a los de Majaleb, ni a los de Aczib, ni a los de Jelbá, ni a los de Afic, ni a los de Rejob

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JUECES 1:22-32 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Los de las tribus de José decidieron atacar Betel, ciudad que antes se llamaba Luz, y mandaron espías allá. El Señor los ayudaba. Los espías vieron a un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: “Si tú nos enseñas cómo entrar en la ciudad, nosotros seremos generosos contigo.” El hombre les enseñó cómo entrar en la ciudad, y ellos mataron a filo de espada a todos los que allí vivían; pero perdonaron la vida al que les había enseñado el camino y a toda su familia. Entonces aquel hombre se fue a la tierra de los hititas y construyó una nueva ciudad, y la llamó Luz, nombre que aún hoy conserva. Los de la tribu de Manasés no pudieron echar de Bet-seán, Taanac, Dor, Ibleam y Meguido a los que allí vivían ni a los que vivían en las aldeas cercanas a esas ciudades, así que los cananeos siguieron viviendo en ellas. Cuando los israelitas se hicieron más poderosos, lograron someter a los cananeos a trabajos forzados, pero no pudieron desalojarlos. Los de la tribu de Efraín tampoco pudieron echar de Gézer a los cananeos que allí vivían, de modo que los cananeos siguieron viviendo entre ellos. Los de la tribu de Zabulón tampoco pudieron echar de Quitrón y Nahalal a los cananeos que allí vivían, de modo que los cananeos siguieron viviendo entre ellos, aunque sometidos a trabajos forzados. Los de la tribu de Aser tampoco pudieron echar de Aco, Sidón, Ahlab, Aczib, Helbá, Afec y Rehob a los cananeos que allí vivían; y como no pudieron echarlos de esas ciudades, se quedaron a vivir entre ellos.

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