ISAÍAS 62:2-5
ISAÍAS 62:2-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces, verán las naciones tu justicia y todos los reyes tu gloria; y recibirás un nombre nuevo, que la boca del Señor te dará. Y serás corona de gloria en la mano del Señor y diadema de realeza en la mano de tu Dios. Nunca más te llamarán «Desamparada», ni tu tierra se dirá más «Desolada»; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor del Señor estará contigo y tu tierra será desposada. Pues como el joven se desposa con la doncella, así se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo tu Dios.
ISAÍAS 62:2-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Verán las naciones tu prosperidad, los reyes contemplarán tu grandeza, y te pondrán un nombre nuevo, designado por la boca del Señor. Serás corona de honor en mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada», ni dirán a tu tierra «Desolada», pues te llamarán «Querida mía», dirán a tu tierra «Desposada»; pues el Señor te quiere a ti y tu tierra tendrá ya marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa quien te construyó; la alegría del novio por su novia es la alegría de tu Dios por ti.
ISAÍAS 62:2-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Las naciones verán tu salvación; todos los reyes verán tu gloria. Entonces tendrás un nombre nuevo que el Señor mismo te dará. Tú serás una hermosa corona real en la mano del Señor tu Dios. No volverán a llamarte “Abandonada” ni a tu tierra la llamarán “Destruida”, sino que tu nombre será “Mi predilecta” y el de tu tierra “Esposa mía”. Porque tú eres la predilecta del Señor, y él será como un esposo para tu tierra. Porque así como un joven se casa con su novia, así Dios te tomará por esposa, te reconstruirá y será feliz contigo, como es feliz el marido con su esposa.
ISAÍAS 62:2-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Las naciones verán tu justicia, y todos los reyes, tu gloria; recibirás un nombre nuevo, que el SEÑOR mismo te dará. Serás en la mano del SEÑOR como una corona esplendorosa, ¡como una diadema real en la palma de tu Dios! Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra la llamarán «Desolada», sino que serás llamada «Mi deleite»; tu tierra se llamará «Mi esposa»; porque el SEÑOR se deleitará en ti, y tu tierra tendrá esposo. Como un joven que se casa con una doncella, así el que te edifica se casará contigo; como un novio que se regocija por su novia, así tu Dios se regocijará por ti.