ISAÍAS 14:1-14
ISAÍAS 14:1-14 Reina Valera 2020 (RV2020)
Como el Señor tendrá piedad de Jacob, de nuevo escogerá a Israel y lo hará reposar en su tierra. A ellos se unirán extranjeros, que se agregarán a la familia de Jacob. Los pueblos los tomarán y los llevarán a su lugar, y la casa de Israel los poseerá como siervos y criadas en la tierra del Señor. Cautivarán así a los que los cautivaron y señorearán sobre los que los oprimieron. En el día en que el Señor te dé reposo de tu trabajo, de tus temores y de la dura servidumbre en que te hicieron servir, pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia: ¡Cómo acabó el opresor! ¡Cómo ha acabado la ciudad codiciosa de oro! Quebrantó el Señor el bastón de los impíos, el cetro de los señores: el que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira y las perseguía con crueldad. Toda la tierra está en reposo y en paz. Se cantaron alabanzas. Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, pues decían: «Desde que tú pereciste, ya nadie viene a talarnos». El seol abajo se espantó de ti; despertó a los muertos para que en tu venida salieran a recibirte; hizo levantar de sus sillas a todos los grandes de la tierra, a todos los reyes de las naciones. Todos ellos darán voces y te dirán: «¿Tú también te debilitaste como nosotros y has llegado a ser como nosotros?». Ha descendido al seol tu soberbia y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama y larvas te cubrirán. ¡Cómo has caído del cielo, lucero, hijo de la mañana! Derribado has sido por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: «Subiré al cielo. En lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono y en el monte del testimonio me sentaré, en los extremos del norte; sobre las alturas de las nubes subiré y seré semejante al Altísimo».
ISAÍAS 14:1-14 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor se apiadará de Jacob, volverá a elegir a Israel; lo hará reposar en su tierra. A ellos se unirán forasteros, agregados a la casa de Jacob. Otros pueblos los irán recogiendo y los llevarán a su lugar; pero la casa de Israel después los poseerá como esclavos y esclavas en la tierra del Señor; capturarán a sus captores, dominarán a sus dominadores. El día en que el Señor te haga descansar de tus congojas, de tus desasosiegos y de la dura esclavitud a la que te viste sometida, entonarás esta sátira contra el rey de Babilonia: ¡Cómo ha acabado el tirano! ¡Cómo ha terminado su arrogancia! Rompió el Señor el cetro del malvado, el bastón de mando del tirano: machacaba pueblos con saña, sacudiendo un golpe tras otro; oprimía con rabia a las naciones, las perseguía de forma implacable. Ahora descansa tranquila la tierra y prorrumpe en gritos de júbilo; se alegran por ti los cipreses, se alegran los cedros del Líbano. Desde que pereciste no ha vuelto a subir contra nosotros el leñador. El reino de los muertos se estremece en lo profundo al salir a tu encuentro, despertando en tu honor a las sombras, a los grandes del mundo, haciendo que se alcen de sus tronos los reyes de los pueblos. Todos te entonan un canto: ¡También tú estás consumido, ya eres parecido a nosotros y entierras tu fausto en el reino de los muertos con el son melodioso de tus arpas! Te acuestas en lecho de gusanos, te cubre una colcha de lombrices. ¡Cómo has caído del cielo, lucero, hijo de la aurora! ¡Cómo yaces ahora por tierra, tú, sometedor de naciones! Tú, que solías decirte: «Voy a escalar el cielo; por encima de los astros divinos pienso establecer mi trono. Me sentaré en el monte de los dioses, allá por los confines del norte; cabalgaré en las crestas de las nubes y seré lo mismo que el Altísimo».
ISAÍAS 14:1-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Sí, el Señor tendrá misericordia de Jacob. De nuevo tendrá a Israel como su elegido y hará que los israelitas vuelvan a establecerse en su tierra. Los extranjeros se acercarán a ellos, se unirán al pueblo de Jacob. Muchas naciones recibirán a los israelitas y los acompañarán hasta su patria, y los israelitas los tomarán como esclavos en la tierra del Señor. Los israelitas llevarán presos a quienes antes los apresaron y dominarán a quienes antes los oprimieron. Pueblo de Israel, cuando el Señor te haga descansar de tus sufrimientos, de tus penas y de la cruel esclavitud a que fuiste sometido, recitarás este poema para burlarte del rey de Babilonia: “¡Mirad en qué vino a parar el tirano! ¡Mirad en qué vino a parar su arrogancia! El Señor ha roto el poder del malvado, ha hecho pedazos la vara del tirano que castigaba a las naciones con ira y las golpeaba sin parar, que aplastaba a los pueblos con furor y los perseguía sin compasión. Toda la tierra está en paz y tranquila, y grita de alegría. Hasta los pinos y los cedros del Líbano se alegran de tu ruina y dicen: ‘Desde que tú caíste, nadie ha vuelto a cortarnos.’ Abajo, entre los muertos, hay gran agitación y salen a recibirte. Las sombras de los muertos se despiertan, todos los jefes de la tierra salen a tu encuentro; todos los reyes de los pueblos se levantan de sus tronos. Todos ellos toman la palabra y te dicen: ‘Tú también has perdido tu fuerza, has llegado a ser como nosotros. Aquí vinieron a parar tu orgullo y tu música de cítaras. Tu cama es podredumbre, tus mantas son gusanos.’ “¡Cómo caíste del cielo, lucero del amanecer! Fuiste derribado al suelo, tú que vencías a las naciones. Pensabas para tus adentros: ‘Voy a subir hasta el cielo; voy a poner mi trono sobre las estrellas de Dios; voy a sentarme allá lejos en el norte, en el monte donde los dioses se reúnen. Subiré más allá de las nubes más altas; seré como el Altísimo’.
ISAÍAS 14:1-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En verdad, el SEÑOR tendrá compasión de Jacob y elegirá de nuevo a Israel. Los asentará en su propia tierra. Los extranjeros se juntarán con ellos, y se unirán a los descendientes de Jacob. Los pueblos los acogerán y los llevarán hasta su patria. Los israelitas los tomarán como siervos y siervas en el suelo del SEÑOR; apresarán a sus captores y dominarán a sus opresores. Cuando el SEÑOR los haga descansar de su sufrimiento, de su tormento y de la cruel esclavitud a la que fueron sometidos, pronunciarán esta sátira contra el rey de Babilonia: ¡Hay que ver cómo terminó el opresor, y cómo acabó su furia insolente! Quebró el SEÑOR la vara de los malvados; rompió el bastón de los tiranos que con furia y continuos golpes castigaba a los pueblos, que con implacable enojo dominaba y perseguía a las naciones. Toda la tierra descansa tranquila y prorrumpe en gritos de alegría. Hasta los pinos y cedros del Líbano se burlan de ti y te dicen: «Desde que yaces tendido, nadie viene a derribarnos». Allá en lo profundo, por tu causa, el sepulcro se estremece al salir a tu encuentro; por tu causa despierta a los muertos, a los que fueron jefes de la tierra. Hace que los reyes de todas las naciones se levanten de sus tronos. Todos ellos responden y te dicen: «¡También tú te has debilitado! ¡Ya eres uno más de los nuestros!» Tu majestad ha sido arrojada al sepulcro, junto con el sonido de tus arpas. ¡Duermes entre gusanos, y te cubren las lombrices! ¡Cómo has caído del cielo, lucero de la mañana! Tú, que sometías a las naciones, has caído por tierra. Decías en tu corazón: «Subiré hasta los cielos. ¡Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios! Gobernaré desde el extremo norte, en el monte de la reunión. Subiré a lo alto de las nubes, seré semejante al Altísimo».