GÁLATAS 1:18-24
GÁLATAS 1:18-24 Reina Valera 2020 (RV2020)
Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días. Pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor. En esto que os escribo, os aseguro delante de Dios que no miento. Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia. Las iglesias de Cristo que están en Judea no me conocían personalmente, pues solo habían oído decir: «Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que antes combatía». Y glorificaban a Dios a causa de mí.
GÁLATAS 1:18-24 La Palabra (versión española) (BLP)
Tres años más tarde, fui a Jerusalén para conocer a Pedro y estuve con él quince días. A ningún otro apóstol vi, aparte de Santiago, el hermano del Señor. Dios es testigo de que no miento en nada de lo que os escribo. Después fui a las regiones de Siria y Cilicia. A todo esto, las iglesias cristianas de Judea seguían sin conocerme en persona. Únicamente habían oído decir: «El que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia la fe que antes pretendía aniquilar». Y alababan a Dios por causa mía.
GÁLATAS 1:18-24 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Tres años más tarde fui a Jerusalén para conocer a Cefas, con quien estuve quince días; pero no vi a ningún otro apóstol, sino sólo a Santiago, el hermano del Señor. Os aseguro delante de Dios que esto que os escribo es la verdad. Después me dirigí a las regiones de Siria y Cilicia. En cambio, los hermanos de las iglesias de Cristo que están en Judea no me conocían personalmente. Solamente oían decir que “el que antes nos perseguía, anda ahora predicando el mensaje de fe que entonces quería destruir.” Y alababan a Dios por causa mía.
GÁLATAS 1:18-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después de tres años, subí a Jerusalén para visitar a Pedro, y me quedé con él quince días. No vi a ningún otro apóstol; solo vi a Jacobo, el hermano del Señor. Dios me es testigo de que en esto que os escribo no miento. Más tarde fui a las regiones de Siria y Cilicia. Pero en Judea las iglesias de Cristo no me conocían personalmente. Solo habían oído decir: «El que antes nos perseguía ahora predica la fe que procuraba destruir». Y por mi causa glorificaban a Dios.