ECLESIASTÉS 8:1-9
ECLESIASTÉS 8:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
¿Quién como el sabio? ¿Quién como el que sabe interpretar las cosas? La sabiduría ilumina el rostro humano y transforma la dureza de su semblante. Te aconsejo que guardes el mandamiento del rey, por el juramento que pronunciaste delante de Dios. No te apresures a abandonar su presencia, ni te obstines en asuntos perversos; porque él hará todo lo que quiera, pues la palabra del rey es soberana y nadie le dirá: «¿Qué haces?». El que guarda el mandamiento no conocerá el mal; el corazón del sabio discierne cuándo y cómo cumplirlo. Porque para todo lo que quieras hay un tiempo y un cómo, aunque el gran mal que pesa sobre el ser humano es no saber lo que ha de ocurrir; y cuándo haya de ocurrir, ¿quién se lo va a anunciar? Nadie es dueño de su vida ni es capaz de conservarla, y nadie tiene poder sobre la hora de su muerte. En esa guerra, las armas son inútiles, y la maldad tampoco puede librar al malvado. He dedicado mi corazón al estudio de todo lo que se hace bajo el sol, y he visto lo que ocurre cuando una persona domina a otra para hacerle daño.
ECLESIASTÉS 8:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
¿Quién es como el sabio? ¿Quién sabe interpretar cualquier cosa? La sabiduría ilumina el rostro humano y transforma la dureza del semblante. Cumple la orden del rey en virtud del juramento divino; no tengas prisa en retirarte de su presencia, ni te empeñes en intrigas, pues hará todo lo que quiera. La palabra del rey es soberana: ¿quién puede pedirle explicaciones? Quien cumple lo mandado nada sabe de intrigas; solo el sabio conoce el tiempo de la decisión, pues cada cosa ha de ser decidida a su tiempo, porque un grave problema tiene el ser humano: no sabe lo que va a suceder y nadie se lo anunciará. Nadie es dueño de su vida ni es capaz de conservarla; no hay poder sobre la hora de la muerte, no hay modo de escapar en la batalla, no salvará la maldad a quien la trama. Esto es lo que he observado reflexionando sobre todo lo que sucede bajo el sol, cuando una persona domina a otra para hacerle daño.
ECLESIASTÉS 8:1-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¿Quién puede compararse al sabio? ¿Quién conoce el sentido de las cosas? La sabiduría ilumina la cara del hombre, y hace que cambie su duro semblante. Cumple las órdenes del rey, pues así lo has jurado ante Dios. No salgas de su presencia con demasiada prisa. No tomes parte en asuntos malvados, porque él puede hacer lo que se le antoje. La palabra del rey tiene autoridad final, y nadie puede pedirle cuenta de sus actos. Al que cumple una orden no le pasará nada malo, y el que es sabio entiende cuándo y cómo debe cumplirla. En realidad, hay un momento y un modo de hacer todo lo que se hace, pero el gran problema del hombre es que nunca sabe qué va a suceder ni hay nadie que se lo pueda advertir. No hay quien tenga poder sobre la vida, como para retenerla, ni hay tampoco quien tenga poder sobre la muerte. No hay quien escape de esta batalla. Al malvado no lo salvará su maldad. Todo esto he visto al entregarme de lleno a conocer lo que se hace en este mundo y el poder que el hombre tiene de hacer daño a sus semejantes.
ECLESIASTÉS 8:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¿Quién como el sabio? ¿Quién conoce las respuestas? La sabiduría del hombre hace que resplandezca su rostro y se ablanden sus facciones. Yo digo: Obedece al rey, porque lo has jurado ante Dios. No te apresures a salir de su presencia. No defiendas una mala causa, porque lo que él quiere hacer, lo hace. Puesto que la palabra del rey tiene autoridad, ¿quién puede pedirle cuentas? El que acata sus órdenes no sufrirá daño alguno. El corazón sabio sabe cuándo y cómo acatarlas. En realidad, para todo lo que se hace hay un cuándo y un cómo, aunque el hombre tiene en su contra un gran problema: que no sabe lo que está por suceder, ni hay quien se lo pueda decir. No hay quien tenga poder sobre el aliento de vida, como para retenerlo, ni hay quien tenga poder sobre el día de su muerte. No hay licencias durante la batalla, ni la maldad deja libre al malvado. Todo esto vi al dedicarme de lleno a conocer todo lo que se hace en esta vida: hay veces que el hombre domina a otros para su propio mal.