2 SAMUEL 2:1-7
2 SAMUEL 2:1-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
Después de esto, aconteció que David consultó al Señor: —¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá? El Señor le respondió: —Sube. David volvió a preguntar: —¿A dónde subiré? —A Hebrón —le respondió él. David subió allá con sus dos mujeres, Ahinoam la jezreelita y Abigail, la que fue mujer de Nabal, el del Carmel. También llevó David consigo a los hombres que le acompañaban, cada uno con su familia, quienes habitaron en las ciudades de Hebrón. Luego vinieron los hombres de Judá y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá. Cuando avisaron a David que los de Jabes de Galaad habían sepultado a Saúl, envió unos mensajeros a los de Jabes de Galaad, que les dijeron: —Benditos seáis vosotros del Señor, por haber hecho esta obra de misericordia con vuestro señor, con Saúl, al darle sepultura. Ahora, pues, que el Señor os trate con misericordia y verdad. También yo os trataré bien por esto que habéis hecho. Esfuércense, pues, ahora vuestras manos y sed valientes; pues murió Saúl, vuestro señor, y los de la casa de Judá me han ungido para que sea su rey.
2 SAMUEL 2:1-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Después de esto, David consultó al Señor: —¿Puedo ir a alguna ciudad de Judá? El Señor le contestó: —Sí. David preguntó: —¿A cuál debo ir? Y el Señor respondió: —A Hebrón. David marchó a Hebrón con sus dos mujeres: Ajinoán, la de Jezrael, y Abigail, la mujer de Nabal, el de Carmel. Llevó también a sus hombres con sus familias y se establecieron en las aldeas de Hebrón. Después llegaron los de Judá y ungieron allí a David como rey de Judá. Luego le informaron: —Los de Jabés de Galaad son los que han enterrado a Saúl. Entonces David envió unos mensajeros a los de Jabés de Galaad para decirles: —Que el Señor os bendiga por la compasión que habéis demostrado hacia Saúl, vuestro señor, dándole sepultura. Que el Señor os trate con compasión y lealtad; yo, por mi parte, también os recompensaré por la buena acción que habéis realizado. Ahora recobrad el ánimo y sed fuertes, pues aunque ha muerto Saúl, vuestro señor, la casa de Judá me ha ungido a mí para que sea su rey.
2 SAMUEL 2:1-7 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Después de esto, David consultó al Señor diciéndole: –¿Debo ir a alguna de las ciudades de Judá? El Señor le contestó: –Sí, debes ir. Entonces David preguntó: –¿A dónde debo ir? Y el Señor respondió: –A Hebrón. David fue allá con sus dos mujeres: Ahinóam, la del pueblo de Jezreel, y Abigail, la viuda de Nabal, el de Carmel. También se llevó a sus compañeros, con sus respectivas familias, y se establecieron en las ciudades de Hebrón. Llegaron después los hombres de Judá, y consagraron allí a David como rey de Judá. Cuando contaron a David que los de Jabés de Galaad eran quienes habían enterrado a Saúl, envió David unos mensajeros a decirles: “Que el Señor os bendiga por tratar con tanta bondad a Saúl, vuestro señor, dándole sepultura. Que el Señor os trate con bondad y fidelidad. Yo, por mi parte, os trataré bien por esto que habéis hecho. Pero ahora cobrad ánimo y valor, pues aunque ha muerto Saúl, vuestro señor, la tribu de Judá me ha consagrado para que yo sea vuestro rey.”
2 SAMUEL 2:1-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Pasado algún tiempo, David consultó al SEÑOR: ―¿Debo ir a alguna de las ciudades de Judá? ―Sí, debes ir —le respondió el SEÑOR. ―¿Y a qué ciudad quieres que vaya? ―A Hebrón. Así que David fue allí con sus dos esposas, Ajinoán la jezrelita y Abigaíl, la viuda de Nabal de Carmel. Se llevó además a sus hombres, cada cual acompañado de su familia, y todos se establecieron en Hebrón y sus aldeas. Entonces los habitantes de Judá fueron a Hebrón, y allí ungieron a David como rey de su tribu. Además, le comunicaron que los habitantes de Jabés de Galaad habían sepultado a Saúl. Entonces David envió a los de Jabés el siguiente mensaje: «Que el SEÑOR os bendiga por haberle sido fieles a vuestro señor Saúl, y por darle sepultura. Y ahora, que el SEÑOR os muestre a vosotros su amor y fidelidad, aunque yo también quiero recompensaros por esto que habéis hecho. Cobrad ánimo y sed valientes, pues, aunque vuestro señor Saúl ha muerto, la tribu de Judá me ha ungido como su rey».