1 CRÓNICAS 10:1-14
1 CRÓNICAS 10:1-14 Reina Valera 2020 (RV2020)
Los filisteos pelearon contra Israel; huyeron delante de ellos los israelitas, pues muchos cayeron heridos de muerte en el monte Gilboa. Los filisteos siguieron a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl. Al concentrar sus ataques contra Saúl, le alcanzaron los flecheros y fue herido por ellos. Entonces dijo Saúl a su escudero: —Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y hagan mofa de mí. Pero su escudero no quiso hacerlo, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó la espada y se echó sobre ella. Cuando su escudero vio a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada y se mató. Así murieron Saúl y sus tres hijos; y toda su casa murió junto con él. Al ver todos los de Israel que habitaban en el valle que habían huido las tropas y que Saúl y sus hijos habían muerto, dejaron sus ciudades y huyeron. Vinieron entonces los filisteos y habitaron en ellas. Sucedió al día siguiente, que al venir los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte Gilboa. Luego que lo despojaron, tomaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para dar la buena noticia a sus ídolos y al pueblo. Después, pusieron sus armas en el templo de sus dioses y colgaron su cabeza en el templo de Dagón. Cuando oyeron los de Jabes de Galaad lo que habían hecho los filisteos con Saúl, se levantaron todos los hombres valientes, tomaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos, y los trajeron a Jabes; enterraron sus huesos debajo de una encina en Jabes, y ayunaron siete días. Así murió Saúl a causa de su rebelión con que pecó contra el Señor, contra la palabra del Señor, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó al Señor; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí.
1 CRÓNICAS 10:1-14 La Palabra (versión española) (BLP)
Los filisteos lucharon contra Israel, y los israelitas se dieron a la fuga ante ellos y cayeron heridos de muerte en el monte Guilboa. Los filisteos acosaron a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, Abinadab y Malquisúa, los hijos de Saúl. El peso del combate recayó entonces sobre Saúl. Cuando los arqueros lo descubrieron, lo hirieron con sus flechas. Entonces le dijo a su escudero: —Desenvaina tu espada y atraviésame, antes de que vengan esos incircuncisos y se ensañen conmigo. Pero el escudero se negó, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl empuñó su espada y se arrojó sobre ella. Cuando el escudero vio que Saúl había muerto, también él se arrojó sobre su espada y murió. Y así murieron juntos Saúl, sus tres hijos y toda su familia. Cuando todos los israelitas que vivían en el valle vieron que Israel había huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, huyeron también, abandonando sus ciudades. Entonces los filisteos llegaron y las ocuparon. Al día siguiente, cuando los filisteos fueron a despojar a los muertos, encontraron a Saúl y a sus tres hijos, caídos en el monte Guilboa. Lo despojaron, se apoderaron de su cabeza y de sus armas y enviaron mensajeros por todo el territorio filisteo, comunicando la noticia entre el pueblo y por los templos de sus ídolos. Luego pusieron las armas de Saúl en el templo de sus dioses y colgaron su cabeza en el templo de Dagón. Cuando todo Jabés de Galaad se enteró de lo que los filisteos habían hecho con Saúl, todos los valientes se apresuraron, recogieron los cadáveres de Saúl y de sus hijos y los llevaron a Jabés. Luego enterraron sus huesos bajo la encina de Jabés y guardaron ayuno durante siete días. Saúl murió a causa de la infidelidad que cometió contra el Señor, por no atender a su palabra y por haber consultado a una hechicera, en lugar de consultar al Señor. Por eso el Señor lo hizo morir y entregó el reino a David, el hijo de Jesé.
1 CRÓNICAS 10:1-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Los filisteos atacaron a Israel, y los israelitas huyeron ante ellos, pues fueron muchos los muertos en el monte Guilboa. Los filisteos fueron en persecución de Saúl y de sus hijos, y mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa. Luego concentraron todo su ataque sobre Saúl, y los arqueros lograron alcanzarle y herirle con sus flechas. Entonces dijo a su ayudante de armas: “Saca tu espada y atraviésame con ella, para que no vengan esos paganos y se diviertan conmigo.” Pero su ayudante no quiso hacerlo, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó su espada y se dejó caer sobre ella. Y cuando su ayudante vio que Saúl había muerto, también él se dejó caer sobre su propia espada, y murió. Así murieron aquel día Saúl, sus tres hijos y toda su familia. Y cuando todos los israelitas que vivían en el valle vieron que habían huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron también. Entonces los filisteos llegaron y se quedaron a vivir en ellas. Al día siguiente, cuando los filisteos fueron a despojar a los muertos, encontraron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte Guilboa. Entonces le quitaron la ropa y se llevaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por todo el territorio filisteo para que dieran la noticia al pueblo y a sus dioses. Luego pusieron las armas de Saúl en el templo de sus dioses y colgaron su cabeza en el templo de Dagón. Cuando los de Jabés de Galaad supieron lo que los filisteos habían hecho con Saúl, se pusieron de acuerdo todos los hombres valientes y tomaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos y se los llevaron a Jabés. Allí enterraron sus restos debajo de una encina. Después de esto, guardaron siete días de ayuno. Así fue como murió Saúl a causa de su maldad, pues pecó al no obedecer las órdenes del Señor y al consultar a una adivina en vez de consultarle a él. Por eso el Señor le quitó la vida y dio el reino a David, hijo de Jesé.
1 CRÓNICAS 10:1-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Los filisteos fueron a la guerra contra Israel, y los israelitas huyeron ante ellos. Muchos de ellos cayeron muertos en el monte Guilboa. Entonces los filisteos se fueron en persecución de Saúl, y lograron matar a sus hijos Jonatán, Abinadab y Malquisúa. La batalla se intensificó contra Saúl, y los arqueros lo alcanzaron con sus flechas. Al verse herido, Saúl le dijo a su escudero: «Saca la espada y mátame, no sea que me maten esos incircuncisos cuando lleguen, y se diviertan a costa mía». Pero el escudero estaba tan asustado que no quiso hacerlo, de modo que Saúl mismo tomó su espada y se dejó caer sobre ella. Cuando el escudero vio que Saúl caía muerto, también él se arrojó sobre su propia espada y murió. Así murieron Saúl y sus tres hijos. Ese día pereció toda su familia. Cuando los israelitas que vivían en el valle vieron que el ejército había huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, también ellos abandonaron sus ciudades y se dieron a la fuga. Así fue como los filisteos las ocuparon. Al otro día, cuando los filisteos llegaron para despojar a los cadáveres, encontraron muertos a Saúl y a sus hijos en el monte Guilboa. Lo despojaron, tomaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por todo el país filisteo para que proclamaran la noticia a sus ídolos y al pueblo. Después colocaron las armas en el templo de sus dioses y colgaron la cabeza en el templo de Dagón. Cuando los de Jabés de Galaad se enteraron de lo que habían hecho los filisteos con Saúl, se levantaron todos los valientes y rescataron los cuerpos de Saúl y de sus hijos. Los llevaron a Jabés, sepultaron sus huesos debajo de la encina de Jabés y guardaron siete días de ayuno. Saúl murió por haberse rebelado contra el SEÑOR, pues, en vez de consultarlo, desobedeció su palabra y buscó el consejo de una adivina. Por eso el SEÑOR le quitó la vida y entregó el reino a David hijo de Isaí.