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HEBREOS 10

10
El sacrificio de Cristo, superior a todos los demás
1La ley de Moisés es sólo una sombra de los bienes futuros y no la realidad misma de las cosas. Por eso es incapaz de hacer perfectos a quienes, todos los años sin falta, se acercan a ofrecer los mismos sacrificios.#Is 1,11-13; Jr 6,20; Am 5,21-25; Os 6,6; Mi 6,6-8. 2Si fuera de otro modo, ya habrían dejado de ofrecer tales sacrificios, pues quienes los ofrecen, una vez limpios, ya no tendrían por qué seguir sintiéndose culpables. 3Y, sin embargo, año tras año esos sacrificios les recuerdan que siguen bajo el peso del pecado, 4pues es imposible que la sangre de toros y machos cabríos pueda borrar los pecados. 5Por eso dice Cristo al entrar en el mundo:
No has querido ofrendas ni sacrificios,
sino que me has dotado de un cuerpo. # Sal 40,7-8 (versión griega de los LXX).
6Tampoco han sido de tu agrado
los holocaustos y las víctimas expiatorias.
7 Entonces dije:
Aquí vengo yo, oh Dios, para hacer tu voluntad,
como está escrito acerca de mí
en un título del libro.
8En primer lugar dice que no has querido ni han sido de tu agrado las ofrendas, los sacrificios, los holocaustos y las víctimas expiatorias, —cosas todas que se ofrecen de acuerdo con la ley—. 9Y a continuación añade: Aquí vengo yo para hacer tu voluntad, con lo que deroga la primera disposición y confiere validez a la segunda. 10Y al haber cumplido Jesucristo la voluntad de Dios, ofreciendo su propio cuerpo una vez por todas, nosotros hemos quedado consagrados a Dios.#9,26.
11Cualquier otro sacerdote desempeña cada día su ministerio ofreciendo una y otra vez los mismos sacrificios que son incapaces de borrar definitivamente los pecados.#10,1-3; Ex 29,38. 12Cristo, en cambio, después de ofrecer de una vez para siempre un solo sacrificio por el pecado, está sentado junto a Dios#10,12: de una vez para siempre: Algunos unen estas palabras con la frase siguiente, así: está sentado para siempre.— junto a Dios: Lit. a la derecha de Dios. Ver nota a 1,3..#Sal 110,1; (ver Mt 22,44). 13Espera únicamente que Dios ponga a sus enemigos por estrado de sus pies. 14Y así, ofreciéndose en sacrificio una única vez, ha hecho perfectos de una vez para siempre a cuantos han sido consagrados#10,14: consagrados: Ver nota a Rm 1,7. a Dios.#Jn 17,19. 15El mismo Espíritu Santo lo atestigua cuando, después de haber dicho:
16 Esta es la alianza que sellaré con ellos
cuando llegue aquel tiempo —dice el Señor—:
inculcaré mis leyes en su corazón
y las escribiré en su mente. # 8,10.12; Jr 31,31-34.
17Y añade:
No me acordaré más de sus pecados,
ni tampoco de sus iniquidades.
18Ahora bien, donde el perdón de los pecados es un hecho, ya no hay necesidad de ofrendas por el pecado.
Exhortación a la perseverancia
19Así pues, hermanos, la muerte de Jesús nos ha dejado vía libre hacia el santuario#10,19: la muerte: Lit. la sangre.— hacia el santuario: Se trata, sin duda, del santuario celestial; propiamente, debería interpretarse como el lugar santísimo, que en este caso se refiere al lugar donde mora Dios en el cielo. En el antiguo Templo, únicamente el sumo sacerdote, y sólo una vez al año, podía entrar en “el lugar santísimo”. Ahora, a través de Cristo, ha quedado abierto de par en par el camino hacia Dios (4,16; 7,22-25; ver Rm 5,2; Ef 2,18; 3,12; Col 1,22).,#9,12.14. 20abriéndonos un camino nuevo y viviente a través del velo#10,20: a través del velo: Ver nota a 6,19. El autor de Hebreos presenta a la humanidad de Cristo, con respecto a la entrada en el santuario celestial, desempeñando una de las funciones que tenía la cortina (velo) que había en el Templo de Jerusalén entre el “lugar santo” y el “lugar santísimo”: por una parte separaba ambos lugares; y por otra, daba acceso al “lugar santísimo”. Pero mientras en el antiguo Templo la cortina servía sobre todo para separar, en el caso de Cristo, su humanidad sirve sobre todo para comunicar., es decir, de su propia humanidad. 21Jesús es, además, el gran sacerdote puesto al frente del pueblo#10,21: del pueblo: Lit. de la casa. Ver segunda nota a 3,2. de Dios. 22Acerquémonos, pues, con un corazón sincero y lleno de fe, con una conciencia purificada de toda maldad, con el cuerpo bañado en agua pura#10,22: de fe: Introduce aquí el autor el tema de la fe, que desarrollará más ampliamente en el capítulo siguiente.— agua pura: Parece ser alusión al bautismo (Ef 5,26; Tt 3,5; ver Ez 36,25).. 23Mantengamos fielmente la esperanza que profesamos porque quien ha hecho la promesa es fiel#10,23: es fiel: Otra posible traducción: es digno de crédito., 24y estimulémonos mutuamente en la práctica del amor y de las buenas obras. 25Que nadie deje de asistir a las reuniones de su iglesia, como algunos tienen por costumbre; al contrario, anímense unos a otros, tanto más cuanto ustedes están viendo que se está acercando el día#10,25: el día: Se trata evidentemente del día del Señor. Ver notas a 9,28 y a 1 Co 1,8..
Advertencia contra la apostasía
26Porque si después de haber conocido la verdad continuamos pecando intencionadamente#10,26: pecando intencionadamente: Debe tratarse del mismo pecado de apostasía del que se habla en 6,5-6., ¿qué otro sacrificio podrá perdonar los pecados? 27Sólo queda la temible espera del juicio y del fuego ardiente que está presto a devorar a los rebeldes.#Is 26,11.
28Si uno quebranta la ley de Moisés y dos o tres testigos lo confirman, es condenado a muerte sin compasión.#Dt 17,6; 19,15; Mt 18,16; 2 Co 13,1; 1 Tm 5,19. 29Pues ¡qué decir de quien haya pisoteado al Hijo de Dios, haya profanado la sangre de la alianza con que fue consagrado y haya ultrajado al Espíritu que es fuente de gracia! ¿No merece un castigo mucho más severo?#9,20; 12,24; 13,20; Mt 26,28; 1 Co 11,25. 30Conocemos, en efecto, a quien ha dicho: A mí me corresponde tomar venganza; yo daré a cada uno según su merecido. Y también: El Señor es quien juzgará a su pueblo.#Dt 32,35-36. 31¡Tiene que ser terrible caer en las manos del Dios viviente!
Nos espera una gran recompensa
32Recuerden aquellos días, cuando ustedes apenas acababan de recibir la luz de la fe y tuvieron ya que sostener un encarnizado y doloroso combate.#6,4. 33Unos fueron públicamente escarnecidos y sometidos a tormentos; otros de ustedes se hicieron solidarios con los que así eran maltratados. 34Se compadecieron ustedes, efectivamente, de los encarcelados#10,34: de los encarcelados: Según variante de bastantes mss., alguno de valor, habría que traducir: de mis cadenas (o de mi prisión). Se aludiría entonces a un cautiverio del autor (que podría ser Pablo: ver Flp 1,7; Col 4,18). Pero la escasa probabilidad de que esto sea así hace muy problemático el valor de la variante. y soportaron con alegría que los despojaran de su bienes, seguros como estaban de tener al alcance unos bienes más valiosos y duraderos.#13,3.
35No pierdan, pues, el ánimo. El premio que les espera es grande. 36Pero es preciso que sean constantes en el cumplimiento de la voluntad de Dios, para que puedan recibir lo prometido.#6,12; Lc 21,19. 37Falta poco, muy poco, para que venga sin retrasarse el que ha de venir.#Is 26,20. 38Y aquel a quien he restablecido en mi amistad por medio de la fe, alcanzará la vida; mas si se acobarda, dejará de agradarme#10,38: restablecido en mi amistad… alcanzará la vida: Ver notas a Rm 1,16.— de agradarme: Los vv. 37-38 constituyen una cita bíblica según la versión griega de los LXX; las primeras palabras corresponden a Is 26,20; las restantes a Ha 2,3-4. De cualquier modo, el autor de Hebreos cita muy libremente, acomodándolas a su objetivo..#Ha 2,3-5. 39Nosotros, sin embargo, no somos de los que se acobardan y terminan sucumbiendo. Somos gente de fe que buscamos salvarnos.

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