Pero el rey le dijo a Arauna:
—No. Yo te compro el lugar al precio justo porque no voy a ofrecerle al SEÑOR algo que te pertenece. Ni tampoco le voy a ofrecer sacrificios que no me cuesten nada.
Así que David compró los bueyes y el lugar donde se trilla el trigo por 50 monedas de plata.