Él cumplirá su palabraMuestra

Un pacto, un trato o un contrato (como queramos llamarlo) implica que dos partes firmantes se comprometen a respetar las obligaciones, los beneficios, las responsabilidades y las penalidades o castigos por incumplimiento que vienen detallados en dicho acuerdo. Por ejemplo, cuando compras una casa con un préstamo, tienes que firmar un contrato de hipoteca en el cual dice que, si no pagas, te pueden embargar la casa y pierdes todo el dinero que has pagado; por eso los que tienen una hipoteca se esfuerzan en realizar los pagos a tiempo. Otro ejemplo más sencillo es tu factura de electricidad: si no pagas, te dejan a oscuras, y no importa si es por olvido o porque no tenías ni un céntimo. Entonces, ¿cómo crees que debería funcionar el trato que Dios firmó con la humanidad usando para ello la sangre de su único Hijo? ¿Es solamente Dios el que debe cumplir? Espero que estés de acuerdo conmigo en que ambas partes deben cumplir; es decir, nosotros también debemos hacer lo que nos corresponde. No es una opción, tampoco una orden. Es un compromiso que adquirimos delante de Dios. ¿Quieres recibir todo lo que Dios te ofrece de forma gratuita? Reconócelo a Él como único Dios, no seas injusto con los inocentes, comparte con los necesitados y di siempre la verdad.