Él cumplirá su palabraMuestra

Oras, y oras, y oras, y cuando Dios te responde, no te lo crees. Si esto ocurre, quiere decir que a veces oramos sin fe, sin estar convencidos de que vamos a obtener lo que pedimos. Lo más gracioso de esto es que quizás otros se hayan dado cuenta de que Dios ya te ha contestado, y tú dale que dale con tu oración. ¿Y por qué puede pasar esto? Pues porque la respuesta de Dios no es exactamente lo que tú querías que Él respondiera. Aquí te doy ejemplos. Oras, y oras por un trabajo, y te avisan de que hay uno disponible, pero el sueldo te parece muy bajo. Porque tú solo te ves en el ahora y Dios te ve allí en el futuro. O bien, quieres que tus padres te den permiso para hacer algo y hasta haces vigilia, y cuando ellos te dicen que no, tu respuesta es: «No puedo aceptar un no por repuesta», y sigues orando. Pero al final, la respuesta de Dios seguirá siendo la misma, porque Él sabe que te está contestando a otra oración en la que le has pedido que te proteja. Que no te sorprenda que Dios conteste tus oraciones, ya que eso es lo que Él ha prometido, y Él nunca miente. En cambio, acepta con alegría las repuestas de Dios, aunque sean diferentes de lo que tú quisieras. Recuerda que Él siempre quiere lo mejor para ti.